Lima. Casi un centenar de migrantes venezolanos que afirmó no encontrar oportunidades para trabajar en Perú partió ayer en un vuelo de regreso a Caracas en un inusual viaje financiado por el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
El regreso parecería atípico ante un éxodo sin precedentes en la historia de Venezuela, cuya economía es cada vez más agonizante y según el Fondo Monetario Internacional podría cerrar el año con una inflación de hasta un millón por ciento. Para algunos la situación es tan dura que una creciente cantidad de personas se han mostrado dispuestos a migrar, incluso caminando, rumbo a otros países de la región.
Los migrantes, entre los que se encontraban 22 niños, se reunieron en la víspera en dos hoteles cercanos a la embajada de su país en Lima, donde se alimentaron y prepararon maletas. Ayer fueron en dos buses hasta el principal aeropuerto de la capital peruana y tras esperar algunas horas volaron a Venezuela en un avión de la estatal Conviasa.