Bachelet ha sido una destacada activista por los derechos de las mujeres.
Bachelet fue la primera presidenta de Chile, de 2006 a 2010. Después el entonces secretario general Ban Ki-moon la designó para presidir ONU Mujeres, una agencia creada por la Asamblea General en 2010 para combinar cuatro organismos de la ONU que promueven la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
En 2013, Bachelet regresó a Chile y fue elegida para un segundo mandato presidencial de 2014 a 2018.
En Santiago, Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Detenidos Desaparecidos de Chile, recordó que “nosotros como como organización hemos tenido serias diferencias con el actuar de la expresidenta Bachelet en materia de derechos humanos”.
Aunque activistas de derechos humanos y parientes de víctimas de la dictadura militar (1973-1990) pidieron en repetidas ocasiones que cerrara una cárcel especial para criminales de lesa humanidad, Bachelet no lo hizo.
Pizarro añadió que desde el retorno a la democracia, “no ha habido voluntad política para enfrentar la necesaria y justa demanda de verdad y justicia”.
Por otro lado, Samuel Fernández, experto en derecho internacional, calificó el nombramiento de Bachelet como “una distinción doble: una a ella por lo que representa” y otra para Chile.
Si la ratifican como jefa de derechos humanos, lo que es prácticamente seguro, Bachelet sucedería a Zeid Ra’ad Al-Hussein, un diplomático y miembro de la familia real jordana cuyo mandato finaliza el 31 de agosto.
En una conferencia de prensa de despedida la semana pasada, Al-Hussein defendió sus críticas francas de los abusos cometidos por decenas de países, desde Myanmar hasta Hungría y desde Estados Unidos hasta Siria. Insistió en que su oficina “no deshonra a los gobiernos, éstos se deshonran a sí mismos”.
Añadió que en la tarea de alto comisionado de los derechos humanos, “el silencio no te gana el respeto de nadie”.
Dijo que le dará a su sucesor los mismos consejos que su antecesora, Navi Pillay, le dio a él: “Sé justo y no discrimines a ningún país”, y “trabaja desde el primer día”.
Bachelet, socialista y madre soltera que fue encarcelada durante la dictadura de derecha del general Augusto Pinochet, se convirtió en pediatra y política.
Antes del anuncio, Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, había dicho en un comunicado que “si la seleccionan, Bachelet asumirá uno de los cargos más difíciles del mundo en un momento en que los derechos humanos están bajo constante ataque”.
“Como víctima, ella aporta una perspectiva única al papel sobre la importancia de una vigorosa defensa de los derechos humanos”, declaró Roth. “Las personas en el mundo confían en que sea una defensora pública y enérgica, en especial donde los infractores son poderosos”.