San Juan. La crisis de la estatal Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) se profundizó ayer cuando su junta de Gobierno dimitió en bloque ante las presiones surgidas por haber designado un nuevo director ejecutivo, Rafael Díaz-Granados, con un salario de 750 mil dólares anuales.
Díaz-Granados, un economista colombiano formado en la Universidad de Harvard, pasaría de la junta de Gobierno de la AEE a ocupar este próximo domingo la dirección ejecutiva cuando entraba en vigor la inesperada dimisión al cargo del estadounidense Walter Higgins III, cuatro meses después de su nombramiento con un salario de 450 mil dólares anuales y otras compensaciones revocadas que lo hubieran elevado a cerca de un millón de dólares.
La renuncia de Higgins generó contradicciones, ya que el gobernador Ricardo Rosselló la atribuyó a asuntos familiares inesperados, mientras el propio funcionario de la corporación eléctrica dijo que se trató de motivaciones económicas.
Parte de las compensaciones de Higgins, quien deja formalmente el cargo este sábado, fueron cuestionadas por entenderse que violaban normas legales del gobierno de Puerto Rico, ya durante la anterior administración de Alejandro García Padilla se prohibieron los “bonos de productividad” en el sector público.
Irónicamente, su sustituto Díaz-Granados, quien fuera designado a la junta de directores de la AEE por Rosselló, había tenido una remuneración anual de 750 mil dólares, lo que provocó una indignación generalizada, incluidos los presidentes del Senado, Thomas Rivera Schatz, y de la Cámara de Representantes, Carlos Méndez Núñez, ambos del oficialista Partido Nuevo Progresista (PNP).
El gobernante puertorriqueño emitió una declaración en la que reconocía, tal como se había expuesto en diversos sectores, que el sueldo de Díaz-Granados “no guarda proporción con la condición financiera de la corporación pública, la situación fiscal del gobierno ni con el sentir del pueblo”.
Reclamó “atemperar el sueldo a lo que estoy planteando, o en su defecto, los miembros que no estén dispuestos a hacerlo deben renunciar a sus cargos, para que los asuman personas que trabajen arduamente en la búsqueda de un buen director ejecutivo dispuesto a trabajar por un salario que se ajuste a la realidad de la AEE”. La inmediata designación de Díaz-Granados, quien fuera ejecutivo de General Electric en distintos países de Iberoamérica, por la junta de Gobierno de la AEE, ha generado indignación por el jugoso salario concedido.