Sao Paulo. El presidente del Tribunal Regional de la Cuarta Región (TRF-4), Carlos Thompson Flores, suspendió ayer un habeas corpus concedido a Luiz Inácio Lula da Silva y mantuvo al expresidente brasileño en la cárcel, después de un duro embate jurídico por su libertad.
La puesta en libertad del líder del Partido de los Trabajadores (PT) se enfrascó este domingo en una batalla de decisiones judiciales entre dos magistrados del TRF-4, la cual fue dirimida por el presidente de la corte, con sede en Porto Alegre.
El embrollo judicial comenzó la mañana del domingo, cuando el juez federal de guardia del TRF-4, Rogerio Favreto, decidió de manera sorpresiva conceder a Lula un habeas corpus solicitado por diputados del PT.
La medida, aplaudida por la formación de izquierdas, generó una gran polémica y las reacciones no tardaron en llegar en el ámbito judicial.
El primero en pronunciarse fue el juez federal Sergio Moro, quien condenó el año pasado al expresidente brasileño en primera instancia a nueve años y seis meses de prisión al dar por comprobado que recibió un apartamento de la constructora OAS a cambio de ofrecer beneficios con contratos en Petrobras.
Pocas horas después, el juez João Gebran Neto, instructor de la Lava Jato en segunda instancia, bloqueó la orden de libertad y determinó la continuidad de Lula en prisión.
Gebran Neto es uno de los tres jueces que integran la octava sala del TRF-4, que por unanimidad condenó el pasado enero a Lula en segunda instancia a 12 años y un mes por corrupción pasiva y lavado de dinero.
La batalla judicial se intensificó y, en un nuevo auto, Favreto insistió y ordenó que Lula fuera puesto en libertad en el plazo de una hora, pero la Policía Federal no actuó debido a la contradicción entre los autos de ambos jueces.
El presidente del TRF zanjó el asunto y señaló que la decisión sobre la libertad de Lula es competencia del instructor de la Lava Jato.