WASHINGTON. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el miércoles un decreto para poner fin a la separación de las familias de inmigrantes en la frontera, revirtiendo una práctica que generó desprecio nacional e internacional y malestar dentro del propio partido republicano.
Trump recibió una avalancha de críticas por su política de “tolerancia cero” hacia la inmigración ilegal lanzada a principios de mayo, que derivó en la separación de más de 2.300 menores de sus padres, la mayoría huyendo de la violencia que asola a Centroamérica.
Fotografías desgarradoras de niños y audios en los que se escucha el llanto desesperado de pequeños retenidos en un centro fronterizo han provocado una oleada de indignación y acusaciones de violación de los derechos humanos.
“No me gustaba ver a las familias separadas”, dijo Trump al firmar el decreto en la Oficina Oval, luego de insistir durante semanas en que estaba obligado por ley a apartar a los niños de sus padres.
“Creo que cualquiera con un corazón podría actuar de la misma manera”, agregó, y señaló que su hija Ivanka y su esposa Melania tenían sentimientos “muy fuertes” sobre el tema.
Sin embargo, subrayó que la lucha contra la inmigración ilegal en la frontera será “igualmente dura, si no más dura”.
Según el decreto, el Departamento de Seguridad Interior (DHS) será responsable de todo el proceso con las familias inmigrantes, y no los departamentos de Justicia, y de Salud como estipulaba la política anterior.
El texto da a entender que el gobierno tiene intención de retener a las familias indefinidamente, al cuestionar el Acuerdo de Flores de 1997, que establece un límite de 20 días para la detención de los niños, junto con sus padres.
Esta medida podría conducir a nuevas batallas legales para la administración.
“Debemos mantener nuestras fronteras fuertes. O seremos invadidos por el crimen y por personas que no deberían estar en nuestro país”, dijo Trump durante una reunión realizada más temprano con legisladores republicanos en la Casa Blanca, que fue televisada.
Antes de que Trump anunciara el decreto, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, había dicho que el jueves someterá a votación un proyecto de ley para atender este tema, que además busca resolver la situación de los “dreamers”, inmigrantes indocumentados traídos al país cuando eran niños.
“Podemos hacer cumplir nuestras leyes de inmigración sin separar a las familias. La administración dice que quiere que el Congreso actúe y lo estamos haciendo”, dijo, en alusión a reiterados pedidos de Trump de que se legislara al respecto.
Los republicanos controlan la Cámara, pero para que esta ley sea aprobada debe pasar por el Senado, donde la mayoría oficialista es muy frágil (51-49).
La separación familiar de inmigrantes ilegales lleva años ocurriendo en la frontera sur, pero hasta ahora era aplicada a discreción por agentes de la patrulla fronteriza.
“Desde afuera, podíamos escuchar las voces de niños que parecían estar jugando o riendo”, contó a AFP desde El Paso, Texas, la pediatra Marsha Griffin.
“Pero cuando nos abrieron la puerta, vimos cómo 20 o 30 niños de cerca de 10 años, encerrados en uno de estos recintos de valla metálica, estaban llorando, gritando y llamando a sus mamás”.
Varias voces se alzaron contra esta política de Trump el miércoles, durante la celebración del Día Mundial de los Refugiados, entre ellas la del expresidente Barack Obama.
“¿Somos una nación que acepta la crueldad de arrancar a los niños de los brazos de sus padres, o somos una nación que valora a las familias y trabaja para mantenerlas unidas?”, se preguntó.
La primera ministra británica Theresa May, consideró “profundamente perturbadoras” las imágenes de “niños detenidos en lo que parecen ser jaulas”. Su par canadiense Justin Trudeau calificó como “inaceptable” esta política.
“La dignidad de una persona no depende de que sea ciudadano, migrante o refugiado. Salvar la vida de quien escapa de la guerra y de la miseria es un acto de humanidad”, recordó en un tuit el papa Francisco.
La Unión Estadounidense de las Libertades Civiles (ACLU) deploró una crisis que atribuyó al propio Trump y generó “daños irreparables a miles de familias migrantes”. “Los niños no deben estar en la cárcel, ni siquiera con sus padres, bajo ninguna circunstancia”, afirmó, considerando que el decreto solo reemplazará una crisis por otra.
Trump no dijo cómo se reencontrarían con sus familias los más de 2.300 niños que ya fueron separados de ellas. El martes, un alto funcionario del Departamento de Salud y Servicios Humanos admitió que no tienen un sistema establecido para hacerlo.
De marzo a mayo de este año, más de 50.000 personas han sido detenidas por cruzar ilegalmente la frontera de México. Aproximadamente el 15% de ellos llegan como familias, y el 8% como menores no acompañados.