El arzobispo emérito Santiago relata los estragos del caso Odebrecht
“La avidez por el dinero, hay que repetirlo continuamente, en lugar de acercarnos nos divide y nos hace más pobres”, afirma el arzobispo emérito de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio
A juicio de monseñor de la Rosa y Carpio, se ven los estragos que está haciendo la corrupción de Odebrecht, porque avidez de dinero había detrás de todo esto.
Puso de manifiesto que solamente no “hemos visto la realidad de este país, sino lo que está aconteciendo en todos los otros países”.
Sugiere el arzobispo emérito que hay que educar, preparar, y repetirlo cien veces, “ hay que producir dinero, pero cuidarse de la avidez del dinero”.
“No se puede servir a Dios y al dinero, no se puede servir así, porque odiarás a uno y amarás al otro”, señala, tras insistir hay que amar a Dios y colocar la dimensión del dinero en la dimensión que debe tener.
A juicio de monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, el dinero es un bien, es un servicio, pero no deja de ser un medio, sino un fin.
“La avidez por el dinero, dice San Pablo, es la causa de todos los males; la avidez por el dinero ha hecho que todo se mire en la economía y para la economía”, afirma.
En su artículo Un Momento el diario55, recuerda que antes se decía, se repetía, una economía a favor del ser humano, una economía para el bienestar de los pueblos, pero si se observa bien, se trata de la economía por la economía, una economía egoísta, individualista, mirando solamente a los que producen, una economía planificada solamente por la misma economía.
Concluyo el arzobispo emérito recomendando que el dinero sea un medio y no un fin, “esa es meta para nosotros y para toda la humanidad”.