El aspirante presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM) Luis Abinader, afirmó ayer que el atraso dejado por el descarrilamiento institucional que dio pie a la insurrección del 24 de abril de 1965, mantiene al pueblo en busca aún de sentar las bases de una institucionalidad democrática que impulse el desarrollo económico y social, sostenible y definitivo.
Considera en una nota que el marco institucional que lucha por establecer la sociedad dominicana, no solo reducirá o eliminará los conflictos políticos sino que además sentará las bases para el modelo progresista.
El documento asegura que justo por eso es que la gran mayoría de la población, incluidas sus instituciones políticas, religiosas, empresariales y de la sociedad civil favorecen que el Congreso apruebe las leyes de Partidos Políticos y del Régimen Electoral que fortalezcan la democracia interna de los partidos y en general el sistema político.
Al respecto, el PRM ha manifestado su rechazo a las primarias abiertas que pretenden facciones.
Expuso que la insurrección del 24 de abril de 1965 expresó la firme determinación del pueblo de hacer efectivos el respeto a la Constitución, las leyes y las instituciones democráticas.
Dijo en una nota que la gesta abonó con muchas vidas, sangre y trastornos de todo tipo la demanda popular de respeto a la institucionalidad, representados en el gobierno de Juan Bosch, derrocado dos años antes.
Recordó que esa dolorosa contienda que enfrentó a dominicanos fue la respuesta al derrocamiento del gobierno democrático y que tuvo un elevadísimo costo para la sociedad en todos los órdenes y que además del deshonor de una intervención militar, el golpe de Estado marcó un retroceso, que dejó secuelas negativas que persisten en la cultura política.
Abinader expresa que los dominicanos nunca deben olvidar que la proclama del pueblo civil y militar levantado en armas fue de “vuelta a la constitucionalidad sin elecciones”.
Dijo que su familia siente un gran orgullo de que su padre, José Rafael Abinader, fuera ministro de Finanzas del gobierno que encabezó el coronel Francisco Alberto Caamaño.