Este verano, en la que será la primera misión de la NASA hacia el Sol y la primera nombrada en honor a una persona en vida, será lanzada la sonda Parker Solar Probe, una misión que “revolucionará nuestra comprensión de nuestra estrella más cercana” y la estudiará desde una peligrosa e inexplorada región del espacio de intenso calor y radiación.
Fue el astrofísico Eugene Newman Parker quien, en su artículo “Dinámica del gas interplanetario y campos magnéticos”, publicado en la revista científica The Astrophysical Journal en 1958, conceptualizó por primera vez sobre el constante flujo de partículas y energía que emana de la atmósfera superior de las estrellas (incluido el Sol), y que hoy conocemos como viento solar.
Si bien la sonda espacial “volará lo suficientemente cerca del Sol para entrar en la corona altamente magnetizada”, la NASA garantiza que, gracias a los avances en ingeniería térmica, sus instrumentos estarán protegidos del calor por un escudo de carbono de 11,43 centímetros de grosor, el cual podrá soportar una radiación 500 veces superior a la que se recibe en la Tierra y temperaturas superiores a los 1,300 grados Celsius.
El lanzamiento de la Parker Solar Probe está programado para el 31 de julio de 2018, aunque la NASA contempla una ventana de 20 días (incluida esa fecha) para el despegue del poderoso cohete Delta IV-Heavy con etapa superior desde el Centro Espacial John F. Kennedy en el estado de Florida.
Durante las últimas tres de sus veinticuatro órbitas, la Parker Solar Probe se acercará a unos 6.2 millones de kilómetros de la superficie del Sol. A modo de referencia, nuestro planeta orbita en promedio a una distancia de alrededor de 150 millones de kilómetros.
Esta misión, que forma parte del programa “Living With a Star” de la NASA, el cual incluye al Solar Dynamics Observatory lanzado en febrero 2010, hará siete sobrevuelos sobre el planeta Venus durante casi siete años y luego reducirá gradualmente su órbita alrededor del Sol para colocarse a un 4 % de la distancia que nos separa de él. Una vez allí explorará el movimiento de la energía a lo largo de la corona e investigará qué produce la aceleración del viento solar y las partículas energéticas.
Esta “primera visita de la humanidad a una estrella”, contribuirá de forma crítica a mejorar “nuestra capacidad para pronosticar cambios en el ambiente espacial del planeta Tierra que impactan en la vida y en la tecnología”.
Nacido en Michigan el 10 de junio de 1927, Parker obtuvo a sus 21 años una licenciatura en física de la Universidad Estatal de Míchigan y un doctorado del Instituto de Tecnología de California en 1951. Fue profesor durante cuatro años en la Universidad de Utah y ocupó cargos docentes en la Universidad de Chicago y en el Instituto Enrico Fermi de esta institución. Ha recibido numerosos premios, incluida, en 1989, la Medalla Nacional de Ciencia que otorga el presidente de los Estados Unidos.