La Mentira

Una mentira es una declaración realizada por alguien que sabe, cree o sospecha que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean, de forma que se oculte la realidad en forma parcial o total. Una cierta oración puede ser una mentira si el interlocutor piensa que es falsa o que oculta parcialmente la verdad. En función de la definición, una mentira puede ser una falsedad genuina o una verdad selectiva, exagerar una verdad, si la intención es engañar o causar una acción en contra de los intereses del oyente.”

“Mitomanía, mentira patológica o pseudología fantástica son tres de los varios términos aplicados por los psiquiatras para nombrar el comportamiento de los mentirosos compulsivos o habituales.La mitomanía fue descrita por primera vez en la literatura médica en 1898 por Anton Delbrueck. A pesar de ser un tema controvertido, la mentira patológica se ha definida como una invención inconsciente y demostrable de acontecimientos muy poco probables y fácilmente refutables.”-Wikipedia-

Mentir con frecuencia,entonces, es un síntoma de varias enfermedades mentales, sin que el mentiroso sea un loco rematado, aunque un pillo redomado. Por ejemplo, las personas que sufren de trastorno de personalidad antisocial utilizan las mentiras sencillamente porque necesitan afecto y, tal vez, una autojustificacaión, mientras otros mienten para justificar sus hechos que son bochornosos para los demás, pero no para el mentiroso. Mienten, en general, algunas personas con trastorno de la personalidad que les permite robar y justificarlo con explicaciones.

Y es una mentira como un templo, aunque la mentira en realidad no tiene dimensión, afirmar que hacen falta más legislaciones para controlar o eliminar la corrupción. El caso aludido aquí no hay mentiras grandes o pequeñas, igual que las leyes no sirven o dejan de servir porque dejen de condenar a los corruptos.

Porque el problema no está en las leyes, sino en aquellos que las aplican de una manera acomodaticia para favorecer a determinados personajes y a las organizaciones que los respaldan, mientras claman por más controles para ponerlos en las manos de unos administradores parcializados, y favorecidos por la corrupción que los ha elegido para esa labor.

¡Ahítos de poder y sobrados de pragmatismo! Y, como el avestruz, escondiendo las manos sucias de corrupción, mientras el cuerpo del delito resplandece a la luz de su “éxito” económico y financiero, multiplicando sus ingresos para construir fortunas obscenas que les dan visibilidad a las extremidades ocultas.

Y para ver y condenar esas situaciones cotidianas no hacen falta nuevas leyes. Las que hay, se bastan para resolver aquello que la falta de “voluntad política” permite tratar de disimular en vano, enseñando las enaguas del peculado.

La solución no está, igual que ocurre con la fiebre, en las sábanas sucias con las que, como una afrenta, vienen tratando de ocultar las acciones públicas del poder para beneficiarse de la falta de consciencia de la sociedad adormecida por los efectos del reparto adormecedor. Porque los contratos, la publicidad, los botellones, las nóminas y nominillas son la droga que ha soporizado a la sociedad.

¿Cómo ha sido posible que se haya aceptado la lista mostrenca de los responsables del Caso Odebrecht? ¿Y el ralentizamiento del Caso Tucanos? ¿Y que haya continuado el reparto de las tierras estatales del CEA? Esa medicina adormeció los casos OISOE 1 y OISOE 2, desvaneciendo los escandalosos hechos de Bellas Artes, la UASD, la Autovía del Coral y el Bulevar a Las Terrenas.

Y las remodelaciones urbanas que han puesto a Duarte a correr por alcantarillas cubiertas, y mamotretos elevados, todos sobrevaluados, demostrado y sin consecuencias.

¡Igual las concesiones de la Autopista del Nordeste y Dovicón! Porque ambos fueron cubiertos por un fideicomiso capicúa que también ha buscado cubrir la quiebra ocultada del banco del estado en manos de personeros que hoy se siguen riendo de la ley con la complicidad de su justicia.

¿Hacen falta nuevas leyes para sancionar el horror público de la venta del sector de Los Tres Brazos? ¿No dijo la vieja SCJ que con el caso Sun Land se había violado la constitución? ¿Qué fue lo que faltó o sobró para que los responsables pagaran por su latrocinio?

Las leyes violadas estaban todas vigentes. Incluyendo la constitución que, para completar, ¡después fue cambiada! Y vuelta a cambiar, para alimentar a la boa electoral; la misma que actualmente anda con hambre de engullirse una nueva reforma a la medida de las ambiciones actuales.

Y no hacen falta nuevas legislaciones para percibir -porque ahora todo se reduce a percepciones- las verdaderas motivaciones para una aventura de tal magnitud, con el referente de los hechos pasados no tan lejanos. Y eso, también es corrupción para apañar la corrupción enriquecedora.

¡La que tiene y mantiene a los actores principales “podridos en cuartos”!

Entonces, para eliminar la corrupción no hacen falta más leyes; con solo dejar de robar es suficiente,y eso es bíblico desde los 10 mandamientos. No robarás una convención ni un congreso ni una reelección.

“Suave y simple».

¡Es que paren de robar! Y eso no es mentira.