Fernando Alonso ha dado otra lección magistral de pilotaje, con un coche lento y en claro retroceso, inferior en prestaciones a casi toda la zona media, con el que ha conseguido un séptimo fuera de cualquier tipo de cálculo. Como guinda a una carrera perfecta, el asturiano ha conseguido adelantar a Sebastian Vettel, en una situación que imaginaba desde hace tiempo.
Era un día destinado para Seb, que lo tenía todo de cara para conseguir su tercera victoria consecutiva, pero nada salió hoy para Ferrari. Si en Melbourne se encontraron el triunfo por un coche de seguridad, hoy una situación similar los ha enterrado en sus opciones. Eso sí, la victoria se le escapó en pista antes, pues un Bottas perfecto le rebasó tras la detención en boxes.
Un toque de los dos Toro Rosso, curiosamente, impulsó un safety car que provoca suspicacias. Los Red Bull, que iban a dos paradas, entraron a su segunda detención sin pérdida alguna y montaron blando nuevos, mientras los Ferrari y los Mercedes ya iban con unos medios usado con los que tenían que acabar la carrera. Todo a pedir de boca para los dos coches de Milton Keynes.
Ricciardo, remontada histórica
Max Verstappen estaba destinado a la victoria, pero el holandés completó una de sus peores carreras en F1 y lo tiró todo por la borda. Se enceló con Hamilton en un sitio imposible y perdió la quinta plaza respeto a Daniel Ricciardo, que le dio un curso acelerado de gestionar un final de Gran Premio.