Las reacciones al bombardeo contra Siria, coordinado por EEUU, Francia y el Reino Unido, como represalia a su presunto ataque químico en Duma, reflejan la polarización de la comunidad internacional ante el conflicto sirio.
El presidente sirio, Bachar al Asad, en una conversación telefónica con su aliado iraní, Hasan Rohaní, aseguró hoy que el ataque no debilitará la determinación de su país en la guerra contra el terrorismo.
La presidencia siria divulgó un breve vídeo en el que Al Asad entra trajeado en un edificio que parece ser el palacio presidencial para reanudar su trabajo.
Una fuente del Ministerio sirio de Exteriores, condenó la «agresión bárbara y brutal» e indicó que se produce para «impedir» la labor de la misión de Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que comenzaba hoy su trabajo en el supuesto lugar del ataque químico en Duma, el último reducto rebelde de la región de Guta Oriental, en las afueras de Damasco.
Según dos ONG apoyadas por Washington, el ataque químico llevado a cabo hace una semana causó 42 muertos y centenares de heridos.
Se trata de una «agresión contra un Estado soberano», declaró el presidente ruso, Vladimir Putin, quien agregó que «con sus acciones, EEUU empeoran aún más la catástrofe humanitaria en Siria, llevan el sufrimiento a la población civil, y de hecho, consienten a los terroristas que torturan desde hace siete años al pueblo sirio».
Putin, que pidió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU, recordó que los expertos militares rusos «no encontraron restos de empleo del cloro o de otros agentes tóxicos» en Duma.
Irán señaló que «EEUU y sus aliados son responsables de las consecuencias regionales de esta acción» y denunció que el ataque químico en Duma fue «fabricado» para servir de «excusa» a una acción militar.
El grupo chií libanés Hizbulá, aliado del Gobierno de Damasco y que tiene desplegados combatientes en Siria, condenó la «traidora agresión».
En una rueda de prensa la primera ministra británica, Theresa May, explicó que fue un ataque «limitado, dirigido y efectivo» con el que degradar la capacidad del régimen de Bachar al Asad de desarrollar y emplear armas químicas.
La líder conservadora indicó que, en función de todas las evidencias recabadas, su Gobierno tiene «claro» que fueron las fuerzas de Al Asad las «responsables» de haber utilizado armamento químico en Duma.
El líder laborista británico, Jeremy Corbyn, tildó de «legalmente cuestionable» la ofensiva militar y opinó que el Reino Unido no debería «aceptar instrucciones» del presidente de EEUU, Donald Trump, y comprometer a su personal militar.
Tras confirmar el ataque, el presidente francés, Emmanuel Macron, declaró esta madrugada que el uso de armas químicas en Siria «es un peligro inmediato para el pueblo sirio y para nuestra seguridad colectiva».
Macron avanzó que su país y sus aliados retomarán «desde hoy» los esfuerzos en el seno de Naciones Unidas para que se ponga en marcha un mecanismo internacional de establecimiento de responsabilidades.
En una declaración conjunta en el Elíseo con el ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, la ministra de Defensa, Florence Parly, aseguró que los bombardeos han atacado «la capacidad de desarrollar, preparar y producir armas químicas», con un «objetivo simple: impedir al régimen (sirio) usarlas de nuevo armas».
La canciller alemana, Angela Merkel, calificó de «necesaria y proporcionada» la acción militar y criticó que «por enésima vez» Rusia haya usado en este caso su capacidad de veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para «impedir una investigación independiente» de lo sucedido en Duma.
La Unión Europea se «mantendrá al lado de sus aliados en la defensa de la justicia», dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en un mensaje publicado en Twitter y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, pidió un alto el fuego «duradero» que permita una «solución política» liderada por la ONU al tiempo que condenó el uso de armas químicas por parte de Siria
El Gobierno turco calificó el bombardeo de «respuesta apropiada» y pidió medidas conjuntas de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU para castigar el uso de armas químicas.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha sido muy critico con Asad y ha apoyado milicias que luchan contra el Gobierno de Damasco, pero al mismo tiempo ha colaborado con Rusia para buscar una solución a la guerra en el país.
Egipto mostró su «gran preocupación» por las consecuencias de «la escalada militar en Siria» y afirmó que teme «las consecuencias por la seguridad del pueblo sirio y la amenaza a los entendimientos alcanzados en la determinación de las zonas de distensión» en el país árabe.
Una fuente gubernamental israelí indicó que «el año pasado el presidente de EEUU, Donald Trump clarificó que el uso de armas químicas cruza la línea roja. Anoche, bajo liderazgo estadounidense, Estados Unidos, Francia y Reino Unido actuaron en consecuencia».
El secretario general de la ONU, António Guterres, instó hoy a los países a mantener la moderación «en estas circunstancias peligrosas».
El consejo se ha reunido esta semana en cuatro ocasiones distintas para analizar el caso sirio, pero las sesiones se han cerrado sin acuerdos.