Apenas pueden entrar cuatro personas en el pequeño supermercado 24 horas de la calle Fitzroy, pero el dueño, un paquistaní con cara de pocos amigos no está dispuesto a quitar la imagen a tamaño real de Lewis Hamilton anunciando su marca de bebida energética. “Es un monstruo”, dice mientras hace el gesto de encorvarse los brazos y las manos en un gesto con el que pretende asustar. No lo necesita.
En la ciudad de Melbourne, el piloto inglés es el autentico protagonista de este inicio de temporada. “Aquí ya se sabe que el domingo gana Hamilton y con diferencia además”, decía un periodista inglés de cierto prestigio en una barbacoa de McLaren.
Es el favorito, ha ganado el título y su próximo reto lleva el nombre de Michael Schumacer, al menos en victorias. En realidad no lo va a tener tan fácil, Red Bull y Ferrari vienen apretando, pero casi todos están convencidos de un triunfo del piloto de Mercedes.
Pero Hamilton no se confía. “Personalmente creo que nunca te acostumbras a las victorias, si lo haces entonces estás siendo complaciente y esa no es nuestra filosofía, no trabajamos para eso”, señala.
Y después habla de la verdadera causa de las victorias de Mercedes, algo que se les supone a todos, la actitud de todo el personal, lo que le empuja, le obliga a seguir ganando: «Deberían ver la energía que hay en el equipo, lo duro que están trabajando todos para seguir ganando. La verdad es que podría ser algo así como, ‘hola, hemos ganado ya cuatro títulos, así que voy a terminar de trabajar media hora antes y me voy a casa porque vamos a ganar de todas formas’, pero no, esa no es la mentalidad”.
Lo cierto es que se olvida de cosas como el mayor presupuesto de la categoría o conocer los secretos de la nueva reglamentación de motores híbridos dos años antes, pero…. en fin, habladurías.
Hamilton, a lo suyo: “Los mecánicos, los ingenieros, se quedan hasta medianoche en la fábrica, me contaron que después de los test estaba el párking de la fábrica lleno, todos estaban allí y todos emocionados. Eso es inspirador para mi, hace que me levante cada día con la obligación de estar listo para la carrera”. Y además hace bien. El circo debe continuar.