Feliciano: "Pude tributar fuera de España, pero no quise hacerlo"

Feliciano López regresa a la actividad en el ciruito esta semana en el Masters 1.000 de Miami en un año en el que se ha vuelto a situar entre los mejores tenistas. Antes de competir, el tenista toledano ofreció una entrevista a la revista Vanity Fair en la que repasó su situación actual en el circuito, sus planes para el futuro y su vida personal.

Los deportistas y sus impuestos

Algunos de los compañeros de Feliciano viven y tributan en el extranjero, lo que les permite huir del tipo marginal máximo del 47% al que las grandes fortunas españolas están sometidas a tributar. Él, que vive más de seis meses fuera de España y gana casi todo su dinero en el extranjero, también podría. Al ser preguntado por ello durante la entrevista, el tenista sentencia: “Tuve la posibilidad, pero no quise, porque pensé en mi familia. Cuando yo empecé a jugar, la mayoría de los jugadores residían en Andorra o Mónaco. Ahora, cuando está acabando mi carrera, a veces pienso: ‘¿Por qué no lo hice?’. Podría haber residido 15 años fuera y habría ahorrado un montón de dinero, pero también habría perdido cosas importantes, como estar con mi gente y vivir en mi país. No me compensaba”.

Sobre las críticas que reciben personas como Garbiñe Muguruza, quien vive y tributa en Suiza, el tenista se muestra rotundo: “no entiendo esas críticas. Cada uno elige su destino. Yo no considero que le deba nada a España. Al final, casi todo mi dinero lo he ganado fuera y lo he traído al país. Siento que los deportistas estamos muy perseguidos fiscalmente, y parece como que se necesita pillar a uno y sacarlo durante un mes en la portada de un periódico. Estoy a favor de que la gente resida fuera, porque las tasas impositivas en España son altísimas y en ocasiones uno no recibe del país todo lo que da. Mi opinión, humilde, es que los españoles no siempre recibimos todo lo que nos merecemos”. Y añade: “a los medios les gusta destruir a sus ídolos, y más en España, donde muchos no tienen buena memoria. A veces, las personas tienen ganas de ver que al triunfador también le va mal, porque eso les ayuda a sobrellevar sus propias penas. Lo entiendo. Pero me entristece que haya gente haciendo un business muy grande con las desgracias de personajes famosos”.

En pleno foco mediático se encuentra en la actualidad Arantxa Sánchez Vicario, a quien Feliciano conoce muy bien. En 2012, la mejor tenista española de la historia publicó Arantxa, “¡Vamos!”, unas polémicas memorias en las que denunciaba haber sufrido un control obsesivo por parte de sus padres. “Ahora se habla mucho de ello y se dicen muchas mentiras […] Te voy a explicar mi visión: Arantxa era una niña cuando comenzó a triunfar y viajar sola por el mundo. Así que entiendo que sus padres tuvieran ese instinto de protección. Su familia la apoyó mucho. Claro que los padres cometen errores, pero en su caso la querían. Me da pena que los Sánchez Vicario hayan llegado a esta situación, porque han dado mucho al deporte español”, sentencia.

Su último partido

Con su victoria en Queen’s, en 2017, Feliciano podría haberse retirado por la puerta grande. “Perfectamente podría haber dicho ‘se acabó’ y colgar la raqueta”. Pero no lo hizo. En mayo jugará el Masters de la capital, el Mutua Madrid Open. Aunque no lo gane, conservará un título: el de ser el único jugador que ha participado en todas las ediciones del torneo. También será el primer tenista en activo que ejercerá como director adjunto del certamen madrileño. En 2019 sucederá a Manolo Santana en la dirección, siguiendo la estela de Tommy Haas en Indian Wells y James Blake en Miami. “Feliciano mantendrá su posición de campeón y superestrella del tenis. Seguro que realiza un gran papel”, me dice Ion Tiriac.

Sobre su retirada, afirma: “No me lo he planteado todavía. Este año voy a jugar la temporada normal y, cuando acabe, empezaré a pensar en el futuro. Tengo que decidir si combino el cargo en Masters de Madrid con el juego o si dejo definitivamente la pista. Si me encuentro bien físicamente, quiero seguir un poco más.

Su vida después del tenis no le genera miedo, pero sí inquietud: “es una sensación rara, cuando pienso en que ya no tendré mi rutina. Estoy involucrado en varias asociaciones que ayudan a muchos compañeros después de dejar el deporte porque muchos sufren depresión tras colgar la raqueta. Por suerte, yo soy muy inquieto y me gustan muchas cosas.

Entre sus planes, crear una academia de tenis en Madrid y estudiar un máster en Gestión y Dirección de empresas. Y luego está el tema de la familia: “Soy muy familiar, me encantan los niños. Es en lo que más pienso. Cuando me retire, podré dedicar mi tiempo a formar una familia. Quiero tener hijos y vivir un tiempo fuera del país”.

Su vida en directo

A finales de 2017, cuando Feliciano publicó en su cuenta de Instagram que terminaba uno de los años más difíciles de su vida, los medios interpretaron que se refería a la tormentosa y mediática separación de su mujer, la modelo Alba Carrillo. Ahora confiesa en Vanity Fair que no aludía a su divorcio, sino a la muerte de un amigo: “Se llamaba Casper, tenía 17 años y toda la ilusión del mundo por ser tenista. Era como un hermano. Fue muy duro para mí y mi familia. […] Su muerte fue lo que marcó mi año. Hasta que pasó la desgracia de Casper, nunca había tenido un problema personal que pudiera afectarme en la pista”.

El vía crucis personal de Feliciano comenzó cuando su entonces esposa lo señaló en la portada de una revista como una persona “fría y distante” que le había pedido el divorcio casi sin pestañear. Entonces estalló el escándalo: una ex furibunda revelando intimidades en horario estelar de televisión, el asedio de los paparazzi, los rumores incesantes, las demandas judiciales. Una situación complicada para alguien como él, que se define como un hombre “tímido e introvertido” al que le gusta pasar inadvertido. “Sí, Feli es tímido, pero con su grupo de confianza es de las personas más divertidas con la que te puedas cruzar”, afirma a Vanity Fair el tenista Marc López, su amigo desde la infancia y compañero de dobles, y añade: “Siempre genera buen rollo a su alrededor por su sensibilidad con los demás. Lo que más destacaría de él fuera de la pista es su generosidad con sus amigos y con la gente en general. Siempre intenta ayudar en lo que sea, se preocupa por las personas y tiene un gran corazón”.

Sobre si se siente agobiado por el interés que despierta en la prensa, el tenista afirma: “No, no me agobia, pero sí que me gustaría generar interés solamente cuando yo quiero” y añade: “No me arrepiento de nada de lo que he hecho. Hay cosas que uno elige, pero yo no he elegido ser famoso. Además, entiendo que es algo temporal y que acabará. Hay que relativizar, problemas son otros…”. Manolo Santana, ganador de cuatro torneos de Grand Slam, sabe perfectamente por lo que está pasando el toledano. El veterano tenista afirma en la entrevista: “Solo le diría una cosa que él ya sabe: ¡Paciencia!”.

Feliciano ha recuperado la tranquilidad y la ilusión con la modelo Sandra Gago. La joven de 22 años está presente durante la sesión de fotos, pero prefiere mantenerse en un segundo plano. A él se le iluminan los ojos cuando la ve entrar. “¡Sandrita!”, la llama. Ella lo acompaña a muchos destinos: Doha, Marbella, Acapulco… Y detrás de ellos, siempre la prensa. Feliciano López todavía sigue creyendo en el amor: “porque lo he visto en mi casa. A veces le digo a mi madre: “No sé cómo has aguantado a papá tantos años”. Pero de eso se trata, de luchar por un bien común. Cuando los veo, vuelvo a creer en el amor y el matrimonio. En la vida hay que ser paciente. Los tenistas somos testarudos y constantes, no tiro la toalla”.

Su visión sobre el conflicto catalán

Feliciano vivió 14 años en Barcelona y se siento parte de la cultura y forma de vida catalana: “Creo que es compatible con España. Es lo bonito de este país: la diversidad. Pero hay que saber llevarlo. Mis mejores amigos son de allí y los tengo de todo tipo: catalanistas, independentistas y españolistas. Así que cuento con una opinión de primera mano. A veces, en otras partes de España se critica mucho a los catalanes, y comprendo que en los últimos meses se lo hayan ganado, pero también hay que entender lo que reclaman y sienten. Ahora tenemos una oportunidad para resolver esto, porque es vergonzoso dar al mundo la imagen de que no podemos solucionar nuestros problemas. Ambas partes deben ceder”

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