Noami Osaka y Daria Kasatkina han jugado una final de Indian Wells en la que por ranking y palmarés deberían haber estado Simona Halep y Venus Williams. Pero a sus 20 años, estas dos estrellas emergentes del tenis eliminaron el viernes a dos veteranas del circuito y se plantaron en el partido por el título. La ganadora cosecharía el primer Premier Mandatory de su carrera. Osaka, que solo había disputado y perdido la final de Tokyo en 2016, se llevó el gato al agua con una facilidad pasmosa: 6-3 y 6-2 en 70 minutos.
La japonesa, cuarta no cabeza de serie que juega una final en el desierto de California, superó completamente a la rusa, a quien rompió el saque en cuatro ocasiones. La diferencia de golpes ganadores a su favor (23-10) resultó decisiva y cometió un error no forzado menos que su rival (24-25). Era la primera vez que dos jugadoras de menos de 21 años se enfrentaban en la última ronda del torneo desde que Serena Williams venciera a Clijsters en 2001.
Osaka, 44ª del ranking, subirá al puesto 22. Daria Kasatkina, que ya posee un título (Charleston 2017) se queda a un paso del top-10, 11ª por detrás de Angelique Kerber. De padre haitiano y madre japonesa, una mezcla que se nota en su cara y en su oscuro color de piel, Osaka creció fijándose en su ídolo, Serena. Venía llamando la atención desde hace tiempo y con este triunfo salta definitivamente al estrellato. Con dificultades para expresarse tras el partido en el que barrió a Kasatkina, entre risas dio las gracias a su familia y a su equipo, y se asustó cuando explotó el cañón de confeti y guirnaldas. La prueba de que aún es casi una niña. Sangre joven para un tenis femenino que necesitaba nuevos valores.