Carla Suárez se apoca ante una implacable Venus Williams

Carla Suárez había jugado a un nivel altísimo en Indian Wells, muy cercano al que le convirtió en número seis del mundo en 2016. Tras eliminar a la cuarta del mundo, Elina Svitolina, con un gran tenis, y a Danielle Collins, con empaque y veteranía, la canaria se dejó intimidar por la grandeza física y tenística de una las mejores jugadoras de la historia, Venus Williams. La estadounidense no le dio ritmo y se impuso con menos problemas de los que seguramente ella misma esperaba: 6-3 y 6-2 en 71 minutos. Una vez más, Carla se frena en cuartos de final, una ronda de la que no ha pasado desde Bucarest, en julio del año pasado. Allí fue eliminada por la rumana Begu. En el desierto californiano nunca ha llegado a la penúltima ronda.

No obstante, la española sale reforzada de este Premier Mandatory, en el que ha demostrado que puede competir de tú a tú contra las mejores. Venus, que dejó por el camino a su hermana Serena, se enfrentará ahora a Daria Kasatkina, una de las sensaciones del momento a sus 20, que dejó en la estacada con contundencia a Angelique Kerber.

Tras un comienzo esperanzador, Suárez se frenó y pese a que salvó una rotura tras cometer tres dobles faltas, su inseguridad en el servicio le puso en bandeja el primer set a la mayor de las Williams. «La veo muy grande cuando saco, se acerca mucho y es enorme. Además, me devuelve la bola tan rápido que no puedo contestar», decía Carla a su entrenador, Enrique Serrano, en un descanso. «Fíjate en lo que puedas hacer tú, tírate la pelota más alta y sácale al cuerpo», contestaba este. Pero del dicho al hecho…

Suárez lo intentó, pero seguía superada por la agresividad de Venus, sabedora de que con intercambios largos tendría las de perder. Ni siquiera el revés mágico de la jugadora de Las Palmas le sacó de los apuros en los que le puso la cinco veces ganadora de Wimbledon. Encajó un break al abrir el parcial y aunque recuperó de inmediato la desventaja no se la veía confiada en la remontada. Venus siguió martilleando la bola y subiendo a la red hasta que doblegó las pocas esperanzas que le quedaban a su rival con más rapidez aún que en la primera manga.

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