El Sistema de Salud en el quirófano

Cuatro Maestros de la Medicina Dominicana se asoman al quirófano para examinar a un paciente que se llama el Sistema de Salud y encuentran diferentes síntomas, que les llevan a diagnosticar que prácticamente tocó fondo.

Basan su dictamen de colapso en las diferentes debilidades que aseguran adolece el sistema, entre las que enumeran desarticulación entre sus instituciones, baja inversión, carencia de registros y datos sobre recursos humanos, enfermedades y muertes, divorcio entre formación de recursos humanos y requerimientos nacionales, debilidad en las regulaciones de cobertura, inexistencia de un sistema de prevención, fraccionamiento y malas o inexistentes estrategias.

Citan, además, obsolescencia en los programas de formación médica de la mayoría de las escuelas de medicina, concentración de los recursos humanos en salud en grandes ciudades dejando desamparados a pueblos apartados, falta de un sistema de atención primaria, enfrentamientos entre sectores claves, priorización de la inversión en megas obras y ausencia de liderazgos.

La valoración de la actual situación en la que se encuentra el sistema de salud dominicano fue descrita por los destacados profesionales de la medicina, doctores José Joaquín Puello, neurocirujano; Julio Amado Castaños Guzmán, hematólogo; César Mella Mejías, psiquiatra, y Jesús Feris Iglesias, pediatra, durante su participaron en conjunto en el Desayuno de Listín Diario, encabezado por su director Miguel Franjul.

A continuación damos a conocer los síntomas que encuentran cada uno de ellos sobre la salud en República Dominicana, que le llevaron a realizar un diagnóstico de pronóstico reservado.

Paciente con un tumor cerebral benigno  

 

El neurocirujano José Joaquín Puello ve el sistema de salud del país como un paciente con un tumor cerebral benigno, que puede ser un meningioma que es muy recurrente en República Dominicana, que nace de la superficie del cerebro. Ese tipo de tumor, señala, tiene la desventaja de que mata, pero la ventaja de que puede ser curado para siempre.

“Lo veo así, ahora mismo tenemos un tumor benigno ahí, que lo hemos diagnosticado, sabemos la cantidad de vasos que lo alimentan, las venas que salen de él, sabemos cómo tratarlo, qué debemos hacer, pero no iniciamos el tratamiento”, dice.

Tercer nivel. Con una visión más optimista, el especialista de la neurociencia ve que hay posibilidad real de mejorar el sistema.

Recuerda que el sistema de salud dominicano está dividido en niveles de atención que están bien estudiados, y que la medicina terciara debe dejarse para aquellos pacientes que no pueden ser tratados en un hospital normal.

Entiende que la respuesta a eso es gerencial, porque no en todas las provincias puede haber un hospital terciario, “debe haber cuatro hosptitales de ese tipo a lo sumo, como mucho, y ya lo tenemos, es sólo equiparlos”.

Calidad médico. A eso se agrega un problema que califica de grave, que es la calidad del médico que está saliendo de las universidades.

Entiende que a ese recurso humano hay que mejorarlo, tanto en la formación que está recibiendo, como en estudiar detenidamente qué médico quiere y necesita el país.

Censo. “Resulta que muchachos salen con grandes lagunas de las universidades. Además está el problema del número de médicos que necesitamos”, expresa Puello, al tiempo que agrega que a la pregunta de cuántos médicos necesita el país, la respuesta es que “no lo sabemos.

Nadie se ha ocupado de hacer un censo para saber cuántos médicos necesitamos”.

Especialistas. Eso toma ribetes de mayor preocupación cuando hablamos de especialistas, afirma el reconocido neurocirujano.

Como ejemplo señaló que actualmente hay 58 neurocirujanos en el país y hay 18 formándose fuera, y las normas indican que se necesita uno por cada 100,000 habitantes, por lo que entiende que debe llegar un momento en que eso se controle, para evitar que esos muchachos luego estén manejando taxis, o se vayan del país, cuando ya se invirtió en ellos.

Destacó que en los países desarrollados, eso se aplica y dijo que no se gradúa un neurocirujano en Japón, en Inglaterra o en Francia, sino sigue esas directrices.

ARS sin regulación. Dice que otro problema serio es que se ha dejado que las compañías privadas de seguridad en materia de salud hagan lo que quieran.

“No hay una verdadera regulación, la Sisalril tiene cumplir necesariamente su rol, y tiene que poner regulación”, en tal sentido dijo no entender cómo es que el Estado invierte en la compra de equipos sofisticados, que luego las ARS no cubren el tratamiento.

“En medicina no puede haber una restricción tan grande en cuanto a la cobertura de los seguros que ponga en peligro la vida de un ser humano”.

No hay registros de firmas ni de médicos

 

Para el doctor Jesús Feris Iglesias, el sistema de salud adolece de tres condiciones principales: el bajo presupuesto que se invierte, desorden y la poca visión que se tiene de cómo ofrecer la salud a la población dominicana.

Aunque valora el aporte en educación, entiende que en salud una aula es una habitación de un interno y eso implica atención de 24 horas de enfermería, médicos, personal de apoyo, de limpieza, cambio de sábanas, energía eléctrica las 24 horas, equipos auxiliares, entre otras cosas, que multiplican el gasto.

Registro de firmas y médicos.

A eso se suma, expresa el especialista, que si se pregunta cuántos médicos hay en República Dominicana, cuántos neurocirujanos, pediatras, psiquiatras, hematólogos, oncólogos, nadie sabe nada, “porque no hay un censo que determine cuántos somos ni cuáles especialidades tenemos” y que tampoco hay registro de firmas, por lo que si alguien “me pide a mí un certificado, cualquiera puede hacerlo, porque no hay un registro nacional de nombres ni mucho menos de firmas”.

Sin receta: La venta de productos sin receta es otra debilidad que encuentra, aquí se venden todos los productos sin recetas médicas, sobre todo antibióticos, que actualmente hay una emergencia mundial por la alta resistencia que hay.

Política de salud. Dice que pese a que las leyes de Salud y Seguridad Social señalan que la puerta de entrada de cualquier sistema es la unidad de primer nivel, eso no se ha materializado, pese a que allí se pueden solucionar entre 70 u 80% de los problemas de salud. “Si vamos al hecho de que a cualquier dolor de cabeza hay que hacerle una tomografía, no hay sistema de salud ni de seguridad social que resista esa situación”.

Mega proyectos.-Lo que ha sucedido, agrega, es que se quieren hacer mega proyectos o grandes plazas, “porque ahí es donde está la corrupción”.

El sistema sanitario colapsó

 

Desde la visión del psiquiatra César Mella, llamarle sistema de salud es una herejía, porque en el país no hay sistema sanitario, “Aquí lo que hay es una desorganización extrema y el sistema sanitario del país ha colapsado.

Con una falta tremenda de planificación inter e intrasectorial”.

Fortalece su afirmación en el hecho de que el sistema está devastado, en crisis y necesita de una atención política de primer nivel. Dice que la ocurrencia de remodelar 56 hospitales al mismo tiempo, generó una crisis habitacional y de atención severa.

Recursos humanos. Esa es otra debilidad que destaca el especialista.

Cree que hay una dificultad enorme entre la producción de recursos sanitarios humanos y su utilización.

Desamparo. Critica que el sistema sanitario es de baja cobertura en zonas fronterizas, citando lugares donde no hay un aparato de sonografía o rayos equis para hacer un estudio en áreas sensibles como la gineco-obstetricia, pediatría, medicina general. A esto se agrega que en término de salud mental la vejez y la niñez, o sea, las edades extremas están absolutamente desprotegidas.

Alto gasto en medicina. Mella destaca que se debe tomar en cuenta que las pensiones, las jubilaciones y la cobertura de los seguros médicos tanto públicos como privados son un elemento esencial para la salud, pero que el dominicano de a pie cuando enferma le crea gran incertidumbre, porque con frecuencia se gasta más del 50% de sus ingresos en medicina. Como ejemplo citó que el costo de los medicamentos esenciales para hipertensión, diabetes, problemas artríticos, degenerativos y mentales en los últimos 20 años se han incrementado de una manera exponencial.

No investiga. Otra de las debilidades del sistema es que no produce conocimientos, afirma. “Los hospitales no tienen departamentos de investigación y en el país no se sabe de qué enferman y mueren los dominicanos, “no lo sabemos, en la mayoría de los casos tenemos presunciones y estadísticas totalmente incompletas”.

Rebote de pacientes. Dice que hay una disociación entre centros que se les podría llamar exitosos (Cecanot, Plaza de la Salud, Cedimat), pero con un fuerte olor a privatización, cuando se contrasta con el hospital público tradicional, que está desabastecido, hay atención displicente al cliente, y sobre todo una política de referimiento inadecuada, por lo que el rebote de pacientes sigue siendo un problema humano severo.

Grandes debilidades estructurales

El hematólogo Julio Amado Castaños Guzmán dictamina que el sistema de salud dominicano sufre grandes debilidades estructurales, que se traducen en problemas sistémicos y que necesitan un abordaje multisectorial.

“No podemos seguir pensando en salud como hospitales, enfermedades, medicina, Promese, ARS, tenemos que en el tema salud no es solamente la enfermedad, está el bienestar que es a lo que aspira un ser humano, lograr un equilibrio en su vida que le permita durante su estancia en el planeta tener garantía y evitar situaciones que puedan comprometer ese bienestar”.

Orientado a enfermedad.

Dice que el sistema está orientado a la enfermedad y es reactivo, disparándose cuando viene el evento, olvidando lo relacionado con la promoción, la prevención, estilos de vida, educación para la salud, entre otros.

Fraccionado. Dice que estudios realizados en el país durante los últimos 30 años ponen en evidencia la problemática de que el sistema de salud del país se caracteriza por su fraccionamiento, que se da no sólo porque está dividido por especialidades, sino que los recursos del gasto nacional en salud están ubicados en diferentes renglones y sectores que no se hablan entre ellos.

“No hay un récord médico único y no existe una estrategia colectiva para dar un servicio de calidad”, dice el especialista.

Esa incoordinación, afirma, está impactando al régimen contributivo.

Como ejemplo señala que una persona va a un neurólogo en la mañana y va a otro en la tarde, y así va rotando hasta que debilita su cobertura.

Tocó fondo. Entiende que hay cosas troncales que deben ser abordadas cuanto antes, porque a su entender el sistema tocó fondo. “Tenemos un sistema de salud que nunca había llegado a unos niveles de ineficiencia, poca efectividad como el que tenemos ahora, no hay un histórico como lo que estamos viviendo ahora mismo”.

Las razones, las explica, en malas estrategias, desconocimiento, falta de comunicación y visión colectiva, falta un proyecto único compartido, y sobre todo ausencia de liderazgos.

Ve que en cada uno de los sectores muchos de esos liderazgos están gastados, han perdido fortaleza y eso es muy peligroso y preocupante.

Carencia primitiva. Señala Castaños Guzmán que el sistema tiene una carencia muy primitiva “y es que no tenemos ni un modelo de gestión ni de atención”. Dice que se cuenta con centros de salud donde no hay sistematizada una administración, no hay rendición de cuentas y no se orienta a resultados, que es como se mide salud. Entonces hay tantas cosas pendientes por hacer que es como comenzar de cero.

Inversión con viejo modelo.

Ve preocupante que el Estado está haciendo grandes inversiones en reestructuración, construcción de nuevos centros de salud, pero que hay un retraso en lo relativo a su manejo, porque entiende que si esos megas centros se intentan arrancar con el mismo modelo primitivo, serán arrasados y esa inversión se perderá como ha ocurrido históricamente.