Optimista Fernando Alonso, quizás porque el regusto que le dejó la tarde (segundo mejor tiempo del día y rodando en 1:17) fue mucho más dulce que el de la mañana (problemas con el motor). Así lo define él: «Hoy ha sido como una montaña rusa. Por la mañana tuvimos un problema de motor que no nos permitió completar nada de lo previsto en el programa, pero los chicos hicieron un trabajo fantástico una vez más para cambiarlo todo y que estuviéramos preparados lo más pronto posible».
Afortunadamente, todo quedó en ese susto y en las últimas horas pudo rodar sin incidencias, llegar a las 93 vueltas y rebajar el 1:18 en varios intentos: «Tuvimos una muy buena tarde y comprimimos el programa del día completo en la sesión vespertina. Conseguimos hacer todo lo que queríamos y estoy contento con el resultado y el último día de test».
¿Y ahora qué? «Creo que podemos esperar más en términos de prestaciones y fiabilidad, pero ahora tenemos dos semanas importantes en la fábrica para prepararnos para la primera carrera. Veremos exactamente dónde estamos en Australia, cuando todos rodaremos al máximo, pero creo que han sido dos semanas productivas de test. Teníamos muchas cosas que probar y ahora las pondremos en su sitio en estas semanas».