Salían hacia el enorme ventanal de la sala de prensa con un murmullo generalizado cuando de repente, por la recta de meta, pasaba haciendo bastante ruido el McLaren naranja papaya de Fernando Alonso. Periodistas hablando después del espectáculo de Alonso. Eran las cinco y veinte de la tarde, casi de noche ya en el circuito de Barcelona, y el piloto español rodaba en solitario en la pista catalana con su asfalto nuevo. Fernando fue el primero en salir y el último en volver a hacerlo y rodar de una manera más o menos constante, a pesar de Emma, el nombre que se le ha dado a este temporal. Terminó, claro está, con el mejor tiempo, ya que fue el único que hizo un número de vueltas significativo.
Tras el asturiano Daniel Ricciardo con el Red Bull y Brendon Hartley, con el Toro Rosso de motor Honda completaron dos vueltas y una el Sauber Alfa Romeo con Marcus Ericsson y el polaco Robert Kubica, probador de Williams.
Lo cierto es que el día transcurrió de manera extraña en el circuito. A primera hora de la mañana amanecía completamente nevado, pero la lengua de asfalto no tenía nieve, ya que la temperatura del asfalto siempre es mayor que la ambiental y además la rugosidad de la pista hizo que no fuera necesario echar sal o pasar algún vehiculo quitanieves. Poco a poco la nieve se transformó en lluvia y de estar bajo cero se pasó a tres, cuatro grados. Entonces, a mediodía, salió Alonso por primera vez. Después Ricciardo, Ericsson… etc hasta que finalizó el asturiano ya casi a oscuras. Día perdido en Barcelona por el clima, algunos equipos oportunistas hablando de Bahrain…. Esperemos que la próxima semana haga sol y calor y todo se olvide, incluso a Emma.