Roger Federer se mostró muy feliz después de ganar el premio Laureus tras una temporada 2017 espectacular en la que regresó después de una lesión que le hizo perderse la segunda parte de la temporada en 2016: «He tomado decisiones muy importantes a lo largo del camino con mi equipo y pienso que mi positividad, mi amor hacia el tenis y puede que también mi claridad en esos momentos difíciles, me ayudaron a estar donde estoy hoy», dijo el suizo, que atendió a los medios en Montecarlo.
– Y esto es gracias a tus médicos, tus preparadores físicos y todos los demás que te ayudaron.
– Cada uno de los pasos del camino. El médico estaba seguro, era positivo respecto a que todo saliese bien aunque siempre hubo riesgos. Mi fisio fue muy claro respecto a lo que me estaba sometiendo e hizo que me mantuviese positivo. Mi preparador físico ha estado conmigo durante casi 20 años, ha sido increíble, me ha acompañado en cada uno de mis pasos. Quería más tiempo para que regresase. Y luego mis entrenadores fueron muy pacientes hasta que pude regresar a la pista de tenis. Cuando finalmente lo hice estaban listos y me prepararon para cada uno de los partidos que jugué tras la lesión.
– Creo que con este son ya seis trofeos Laureus en total, y ahora que hablamos de números, has conseguido un total de 95 victorias a lo largo de tu carrera, corrígeme si me equivoco, me refiero a las victorias en todos los campeonatos no sólo respecto a los Grand Slams.
– He ganado 97 títulos.
– ¡97! Ah vale.
– He ganado más de 1.000 partidos de tenis. Es por eso que no entendía lo que decías. ¿De dónde vienen esos 95?
– Mi pregunta es: ¿Podrás alcanzar los 100? ¿Crees que es posible?
– Buena pregunta. No lo considero ni como un objetivo la verdad. Sería divertido alcanzar esa cifra, porque nunca pensé que pudiese llegar a tan alto nivel. Recuerdo que cuando gané mi primer torneo en 2001 en Milán decía con gran entusiasmo que por lo menos había ganado uno. El resto de mi vida podré decirles a mis hijos o a mis padres que gané un título. Así que imagínate, estar aquí sentado con seis trofeos Laureus y 97 títulos… soñar con los 100 puede que sea un poco surrealista. Pero lo intentaré, aunque tengo que estar en buena forma física, con hambre, motivado y todo lo demás que no le doy tanta importancia pero sobre todo seguir en buena forma física es más difícil. Así que ya veremos cómo se da.
– Has dedicado el trofeo a Rafael Nadal. Todos sabemos que sois los mayores rivales sobre la pista. ¿Cuál es la clave de esa rivalidad y el hecho de que seáis amigos fuera de la pista?
– Bueno, respecto a la rivalidad en la pista está bastante clara. Jugamos de forma diferente y con una intensidad distinta pero los dos somos campeones y los dos competimos del mismo modo para ganar un partido. Trabajo duro, fuerte mentalidad, bendecidos con mucho talento, él zurdo, yo diestro, él usa revés de dos manos, yo de una, es simplemente una gran rivalidad y un gran enfrentamiento para los dos. La amistad fuera de la pista es simplemente porque hemos vivido grandes momentos, puede que por los partidos solidarios para su fundación, para la mía, invitándome a la apertura de su academia, por jugar dobles juntos en la Laver Cup, y por todos los partidos en los que nos hemos enfrentado, esto hace que nos conectásemos a este nivel. Cuando pierdes 9-7 contra un tío en el quinto set o cuando le ganas 9-7 en el quinto set hace que surja algo especial para siempre. Cuando acaban sabes que son el tipo de partidos que moldean tu carácter. Siempre disfrutamos con la compañía del otro, a él le gusta ver a mis hijos, a mi mujer, y yo igual. Aunque sabemos que siempre hay una gran rivalidad en juego, y los fans lo saben y todo esto es bueno.
– ¿Puedes darnos tu visión de esos tiempos de adversidad y de recuperación de la lesión y cómo lo llevaste?
– Tengo una mentalidad muy positiva, así que siempre intento ver el vaso medio lleno incluso cuando las cosas se ponen difíciles. Y a veces también era impaciente con mi progreso, con mi rodilla especialmente tras Wimbledon. No me operaron entonces, luego me operaron después del Open de Australia, cuando acababa de regresar tras dos meses de espera, no sé, pero es que mi rodilla no se había recuperado. Tras Wimbledon tenía la sensación de que ya estaría bien tras dos meses, puede que tres… y cuando mi equipo me dijo que necesitaba como mínimo cuatro meses de rehabilitación me sorprendió y me quedé en shock. Es difícil ser positivo en esos momentos pero luego empiezas a trabajar y cuando ves los progresos prácticamente diarios se hace más fácil. Cuando las cosas se complican es cuando necesitas buenas conversaciones, con tu mujer, con tu entrenador, con tus amigos y lo que yo considero que fue positivo fue estar más de tres semanas seguidas en casa en un sitio. Me di cuenta de que durante 18 o 20 años mi vida nunca había estado en un lugar durante más de cuatro semanas así que estar seis semanas en Suiza, seis semanas donde entrenar, hace que todo sea más relajante. Pude hacer planes con mis amigos: ‘¿Quedamos el lunes? ¿Comemos el jueves? ¿Damos un paseo el miércoles?’. Estuvo bastante bien y creo que esto ayudo a relajarme. Así que creo que cuando regresé era básicamente una persona diferente porque tuve seis meses fuera que liberaron mente en gran modo.
– Eres uno de los mejores deportistas de todos los tiempos. Eres elegante, educado, recibes un título y se lo dedicas a tu gran rival… mañana tengo que volver a casa y tengo que intentar convencer a mi mujer de que no eres perfecto. No sé si podrías confesar alguna imperfección para que se lo pueda decir. Por favor. (Risas)
– Dile que hay muchas cosas en las que no soy perfecto. Cuando uno es marido y padre hay muchas cosas que no haces bien. Es una batalla diaria, en buen sentido, estar siempre en calma. Es casi imposible pero intento ser el mejor padre posible, el mejor marido, el mejor tenista y cometo millones de fallos, pero intento aprender de mis fallos. Definitivamente, no soy perfecto. Es una respuesta fácil.
– Hablando de la perfección. Cuando estás en racha y las cosas salen y golpeas la línea y todo, desde fuera parece increíble. ¿Podrías describir cómo te sientes en esos momentos?
– Es siempre un poco sorprendente para mí cuando eso ocurre. Sé que he trabajado mucho y sé que puedo golpear la línea. Aunque a veces al estar tan lejos del otro lado de la pista y ser capaz de poner la pelota en un sitio en un momento exacto también me sorprende. Es como ‘¡Wow! No me creo lo que he hecho’. Pero ahí está, que te salga todo pasa muy raramente pero cuando ocurre lo sientes todo como en cámara lenta para ti y en cámara rápida para el oponente y ahí sientes que no vas a perder el partido. Cuando esto ocurre, el 99% de las veces no pierdes porque lo tienes todo claro a la hora de tomar decisiones, no te pones nervioso, te mueves bien, sin incluso pensar, y todas los aspectos tácticos salen perfectos. Es una sensación muy extraña, pero definitivamente una de las mejores que puedes tener como deportista.
– Sobre tus reapariciones, hemos estado tan acostumbrados a verte ganar, títulos y Grand Slams, pero cuando vuelves, no hay garantía de que vayas a ganar otro gran título… ¿cómo ha sido para superar eso y luego ir y jugar y actuar en la manera en que has hecho?
– Lo que ha sido extraño a veces, o lo normal, supongo de alguna manera, es estar sentado delante de la prensa. Este no es el lugar habitual en el que me siento, generalmente es gente de la prensa de tenis, y siguen haciéndote las mismas preguntas: ‘¿Cuándo te vas a retirar? ¿Crees que puedes ganar de nuevo? ¿Crees que puedes vencer a ese jugador? ¿En esa superficie?’ Lo que sea. Y este tipo de preguntas las he tenido que responder desde 2009, así que llevo un largo camino con esto. Y desde que gané el French Open, la gente me ha preguntado sobre la jubilación, y no se ha detenido porque todos tienen que seguir preguntándome porque quieren ser los primeros en saberlo en el caso de que tome la decisión hace dos minutos. [Risas]. Así que es como un martillo, golpeando la puerta, eventualmente sientes que va a abrir, por lo que tienes que mantener la puerta en su sitio y no permitir que eso venga hacia ti. Creo que me ha hecho extremadamente resistente y fuerte tener que responder a todas estas preguntas, porque sé que solo son preguntas, pero es que es después de cada partida, antes de cada torneo me hacen este tipo de preguntas. Cuando juegas mejor, se evaporan, y hablan de derechas, revés y rivales y otras cosas. Y tú estás como: ¿por qué me haces esta clase de preguntas en una conferencia de prensa? Pero de todos modos lo entiendo, así que creo que ha sido un gran desafío para mí, no dejar que eso me suba a la cabeza y realmente escucharme a mí mismo y a mi equipo y todos a mí alrededor: ¿puedo seguir ganando? Y mientras yo diga que realmente puedo creer que puedo ganar, entonces creo que vale la pena volver de una lesión, vale la pena estar en el Tour, porque esa es la sensación que tenía, pero puede que la negatividad a tu alrededor te engaña a veces, y siento que nunca dejé que eso me afectara, por supuesto que también tengo mis momentos de dudas, pero ha sido maravilloso, de verdad no haber demostrado que la gente está equivocada, sino simplemente demostrar que llevaba razón y mi equipo llevaba razón, que teníamos un plan y teníamos razón. Creíamos que podía vencer a los mejores, creía que podía ser el mejor, creía que podía ganar un Grand Slam más, lo que fuera, y creo que eso es lo que me hace tan increíblemente orgulloso de recibir estos dos premios en este momento, sabiendo muy bien que otros los atletas los merecen tanto como yo, tal vez incluso más, así que los recibo muy feliz esta noche frente a una academia tan grande que respeto tanto. Y me gustaría aprovechar la oportunidad para decir que lo que hace la fundación Laureus es maravilloso. Y viendo a todos estos atletas aportando su grano de arena para hacer del mundo un lugar mejor, algo que trato de hacer con mi fundación también y como quizás lo escucharon en mi discurso, espero que un día sea recordado también por mi trabajo filantrópico y no solo por golpeando una pelota de tenis velloso. Así que ha sido una gran carrera, espero poder seguir así por muchos años más, pero el cuerpo, la mente, los amigos y la familia decidirán.