Una masa de personas intenta acercarse a Fernando Alonso mientras el asturiano, a la una y diecinueve del mediodía entra en el hospitality de campaña de McLaren para estos test. Está tranquilo. Bien. Y eso que el inicio de estos test de pretemporada no han sido lo que hubiera deseado. Problemas. Una vez más, pero distinto. Es el piloto con menos vueltas, solo diez, estuvo buena parte de la mañana parado, es cierto, pero no tiene nada que ver con lo que sucedió el pasado año. En esta ocasión una tuerca hizo que la rueda trasera izquierda saliera volando y el asturiano perdió el control de su coche naranja payaya en la última curva. En el equipo estuvieron verificando que todo estuviera correcto, fondo plano tocado, suspensión trasera montada de nuevo… todo y más para tres horas de revisiones y modificaciones técnicas. Después salió a pista, dos vueltas de instalación y a boxes para la comida.
Por el paddock, en ese momento, andaba otra leyenda de nuestro deporte. Carlos Sainz ya con menos ganas de celebración por su Dakar pendiente del Renault que por la mañana llevó Hulkenberg (el piloto que más rodó con 73 vueltas) y en la tarde será el turno de su hijo. “Todo bien”, señaló el bicampeón de rallys. Y es cierto porque el coche amarillo se quedó a poco más de tres décimas del mejor tiempo de Red Bull. El monoplaza energético es uno de los favoritos y desde el principio lo está demostrando, primero con otro de los grandes, el Mercedes de Bottas segundo a poco más de una décimas y tercero el Ferrari de Raikkkonen, a tres décimas.
A partir de ahí un sorprendente Toro Rosso con motor Honda de Hartley, este año sin apenas problemas y 46 vueltas completadas. Mucho frío en Barcelona, mucha prensa, pocos aficionados de momento. Esta tarde más…