La Zona Colonial y el turismo como medio para su transformación

SANTO DOMINGO. Los cambios en la Ciudad Colonial no se limitan a las aceras, los bolardos y el soterramiento de los cables (lento pero inevitable ). El número creciente de negocios, la restauración de casas y la llegada de cruceros han dado un ritmo distinto a la Zona. La actividad cultural es imparable y entre críticas, elogios, contracríticas y discusiones enriquecedoras sobre historia, patrimonio, turismo y negocios se ha concluido la primera fase de esta revolución.

En marzo termina el plazo para el que Estado dominicano confirme un segundo préstamo, éste de 90 millones de dólares, para continuar el llamado Programa de Fomento al Turismo de la Ciudad Colonial de Santo Domingo. El cambio en el modelo de gestión del proyecto es uno de los motivos que está retrasando el inicio de los trabajos de la segunda fase. Mientras el acuerdo llega, se trabaja en pre inversión. Las obras previstas abarcan el doble de lo ya hecho: Calle Mercedes, toda la Padre Billini, la Arzobispo Nouel, las calles transversales y paralelas a la calle Arzobispo Meriño hasta la calle 19 de Marzo y El Conde. Se diversificarán los objetivos y el tema de la vivienda pasará a ser uno de los ejes principales.

Maribel Villalona, coordinadora del Programa, conoce bien la Zona Colonial antes y el después del Programa y anticipa un gran futuro a este kilómetro cuadrado de ciudad que como bien dice “es donde transcurrieron 400 años de nuestra Historia. ¡Todo pasó aquí hasta 1916!”.

¿Comparte la idea de que en esta recuperación de la Zona Colonial se ha pensado demasiado en el turista y poco en el residente?

Pienso que hay dos mitos. El hecho de que sea el Ministerio de Turismo el que lleve a cabo el proyecto no quiere decir que se esté enfocando específicamente en el turismo. De hecho en el equipo del Programa solo hay dos personas que son de ese sector, el resto del equipo son especialistas del área urbana y del área social, dirigida por César Pérez. Somos profesionales dominicanos que estábamos fuera y decidimos volver para hacer algo por nuestro país. No soy del sector Turismo y llevo diez años trabajando en el área.

El turismo es un medio para poner en valor la Zona, no es la meta, no es el objetivo. Es bueno entender que el Programa, y por intencionalidad del BID, ha dado una vuelta a la idea de conservación del centro. Ya no se hace conservación por conservación, no se entiende la ciudad como una ciudad-museo. Ahora es un ente vivo y creo que la sociedad incluso se ha anticipado a nosotros. Nos ha sorprendido qué rápidamente se ha convertido en el distrito cultural.

Hace cuatro años la gente la percibía como un lugar oscuro y pocos se animaban. Hoy día no sólo se quiere invertir, sino que se quiere vivir en la Ciudad Colonial. Esa es una gran escalada, la gente sabe que un fin de semana sin venir a la Zona… no es una buena idea.

¿Y el segundo mito?

Pensar que hay dos familias o tres dueños que están comprando todo… Hay inversión de todo tipo, hay micro negocios, teatros, galerías… Cuando hablamos de estos números hay residentes que reclaman “¡oye, cuéntame a mí también! Yo arreglé mi patio, pinté mi casa, yo hice mi inversión”. Estamos viendo cómo contar eso y cómo contamos a los dominicanos que vienen en su tiempo de ocio. Es el turista que más vale porque genera sentido de pertenencia y sus hijos reconocen el valor del Centro Histórico. Y los que vivimos en esta ciudad tendremos un respiro, un lugar donde poder caminar, con negocios a pie de calle, buena oferta cultural, buena gastronomía, contacto con la gente.

¿Cuáles son los números?

Recientemente hicimos un segundo censo de nuevos negocios y en cuatro años y medio aquí se han abierto 529 nuevos comercios, más de cien por año. Fuimos invitados a la sede de Unesco en París para hablar del programa y nos sorprendió el ángulo que querían dar a nuestra intervención. Querían que explicáramos cómo este proyecto había desatado la activación de la industria naranja en el centro histórico: todo lo que tiene que ver con creatividad. Los negocios que han nacido en la Ciudad Colonial son negocios híbridos: una nueva librería, teatro, tertulias, artesanía, cine, gastronomía de alto nivel…

El sector privado se ha volcado. Nuestros números a principio de 2016 hablaban de una inversión de 100 millones de dólares versus 27 en ese momento del sector público. Eso es credibilidad y sinergia. No se ve siempre y estamos más que agradecidos con el sector privado y se ha hecho sin tener que transigir a nada que no sea legal. El sector privado ha triplicado la inversión del sector público y al mismo tiempo. !Juntos! No han esperado a ver cómo resultaba para invertir. Eso es confianza.

Más números:

En El Conde se pasó de 14 establecimientos de A/B en 2015 a 31 en 2017

El 83% de los inversionistas en la Zona Colonial es dominicano, el 14% extranjero, el 4% tiene doble nacionalidad

Los servicios de alojamiento temporal han pasado de 56 a 70 entre 2015 y 2017

En la Ciudad Colonial se contabilizan 8,400 puestos de trabajo, de los cuales 1,232 se han creado en este tiempo.

Los cruceros han aumentado un 100%

El 80% de la inversión en obras adjudicadas va a firmas dominicanas

Sigue habiendo problemas de seguridad…

El tema de la seguridad tiene a veces posiciones extremas. La zona norte de Santo Domingo es una pura verja y eso lo que genera es más inseguridad en la calle, porque dejas la calle para nadie, no existe la visibilidad del vecino. ¡Cuidado con encerrarnos y creer que tenemos un mundo seguro!

En el Centro había mucha percepción de inseguridad por el tema de la iluminación y este Programa -que está llamado solo a iluminar en las nuevas calles- decidió cambiar algunas órdenes de presupuesto para colocar 1,200 cámaras en toda la Ciudad Colonial con una tecnología led. Eso cambia mucho la Zona en la noche. Necesitas percibir que estás seguro, eso es tan importante como la seguridad misma. Tenemos un centro de visualización por cámara en el que interactúan cuatro instituciones. Queremos que sean más y que puedan apoyarse para seguridad preventiva… La seguridad reactiva la lleva el 911.

En principio se habló de que el sector privado iba a donar cámaras pero eso no ha sucedido. Por suerte hemos recibido de la Embajada Americana 200 cámaras más para ampliar el alcance de vista 180 grados y esto es una muestra de confianza en el proyecto. Nos falta trabajar más con el cuerpo de orden, las instancias deben coordinarse más. Tenemos una mesa de seguridad y movilidad que hay que reforzar. El kilómetro cuadrado más importante de nuestra historia merece que cada institución quiera aquí demostrar sus capacidades. Si en este kilómetro cuadrado no podemos demostrar como Estado, como Municipio nuestra capacidad, cerremos el negocio… Aquí no hay excusa.

¿Qué queda pendiente de la primera fase?

Estamos impulsando a Edeste a concluir el soterrado de cables, resta un 30%. Todo está cableado en subsuelo, solo queda retirar el cableado externo y los postes. A todas las áreas renovadas: dos calles completas prácticamente, que son la calle Isabel la Católica (falta un tramo) y la Arzobispo Nouel y sus transversales. En total siete tramos y dos calles completas. La Arzobispo Meriño ya está prácticamente completa, algunas de las transversales ya están limpias.

Residentes

¿Ha perdido población la Zona Colonial?

En 2015 se hizo un censo muy halagüeño. La población del Centro Histórico comenzó a decrecer desde la guerra del 65, ese fue el detonante del éxodo. 20, 16, 12mil… El Programa logró que se nivelara. Creemos que en el nuevo censo vamos a ver que la curva repunta. Mucha gente ya dice “quiero vivir allá”, gente de diferentes niveles sociales y condiciones económicas. Gente incluso que se fue hace dos o tres años y está regresando.

Se critica que el programa esté provocando un proceso de gentrificación…

La gentrificación es un proceso natural cuando se despierta un lugar histórico. Aquí hay una ventaja muy grande y es que ya vive gente con mucho arraigo y eso es buenísimo. El centro comunitario está haciendo un trabajo enorme para que la gente que ya vive aquí entienda cómo insertarse en la nueva Zona Colonial, cómo puede formar parte de este nuevo gran proyecto urbano.

Yo no tengo tanto miedo de que entremos en un ciclo de gentrificación en el sentido de que se vayan los que ya están porque estamos precisamente trabajando en el sentido contrario. Hemos estudiado todos los modelos que nos precedieron y estamos construyendo nuestro propio modelo, que tiene que incluir a la gente; no se puede hacer de otra forma para poder generar una ciudad cada vez más plural. En nuestro caso es sencillamente retomar lo que éramos. ¡Aquí estaba todo por 400 años!

Sostienen los urbanistas que el tejido social de una ciudad sana es mixto, diverso.

En ese sentido también podemos convertirnos en modelo de hacer las cosas de una manera nueva. En Latinoamérica se han adoptado modelos que no necesariamente conducen a eso.

Un kilómetro cuadrado… y 13 juntas de vecinos. ¿No son muchas?

Puede verse así, es una estructura que lidera el ADN. El territorio está separado no por sectores o barrios, hay una compartimentación diferente. El Centro Histórico es una estructura tanto social como geográfica no homogénea, hay diferencias sociales y arquitectónicas.

En 400 años, nuestra historia urbana se da toda en el casco histórico, es algo impresionante. Es en 1916 -tiene que ver con la invasión norteamericana- cuando la ciudad sale, con mucha genialidad, al crecer hacia Ciudad Nueva y más adelante hacia Gazcue y Villa Francisca al norte. Fue un cambio de desarrollo urbanístico que en ese momento adoptó el modelo americano de ciudad, a tomar territorio. Expandido a 100 años, tenemos una conurbación que casi nos acerca a Boca Chica y Pedro Brand y si seguimos a este ritmo no lo vamos a poder sostener.

Esta ciudad histórica es una oportunidad para llamar la atención sobre el modelo europeo de ciudad más humanista compacto, mixto, híbrido, a escala humana con todos los servicios en un solo lugar. Aspiramos a traer los servicios que no están para que puedas caminar a tu casa, al colegio, a la tienda, al trabajo… Eso es calidad de vida.

Eso es muy apropiado para personas mayores…

… pero encaja también para que los jóvenes tengan espacio. Los jóvenes siempre se han sentido atraídos por los centros históricos y esta ciudad no va a ser una excepción. Hay familias pequeñas, nuevas, que quieren venir y a las que hay que ofrecer soluciones de vivienda. La calle El Conde tiene una oportunidad increíble y apostamos a tener una oferta de soluciones habitacionales a diferentes escalas sociales para que la ciudad sea un espacio para todos. El Conde tiene vocación de residencia para clase media baja y media alta. Ojalá una universidad de prestigio decida poner aquí un pequeño centro.

Ya está ahí Bellas Artes.

Sí, pero Bellas Artes tiene que ser más activa, entrar en el siglo 21.

¿Sigue en planes hacer en Santa Bárbara vivienda social?

Santa Bárbara ya es un lugar de vivienda social. Está viva, es una de las comunidades más activas, con una junta de vecinos bien organizada, con mucha esperanza. Es el primer barrio marginal de América, porque siempre ha estado marginado. Era el lugar de vivienda de los canteros de muralla luego fue de trabajadores de puerto. Hoy lo es de servicios y de turismo – es una zona donde el arte se aflora, donde se inspiró Silvano Lora a hacer su Bienal Marginal.

Toda la zona norte de la Ciudad Colonial, esa cicatriz urbana que se plantea desde la calle Mercedes hacia arriba, hay que recuperarla, hay que bordarla otra vez. Hay que hacer que esa zona de barrios entre a formar parte del proceso a través de la integración al desarrollo turístico.

La recuperación de muchas viviendas es una iniciativa privada.

Sí, así es. Y en la segunda operación del Préstamo del BID nos centraremos en el programa de habitabilidad, en hacer que la gente que vive aquí se quede. El objetivo es fijar la población local y vamos a ir a temas muy puntuales como la salubridad de la casa, la cocina, los baños, la luz de la casa, la humedad y ver si se puede convertir en un bien productivo para aquellas personas que puedan hacer un pequeño negocio. Orientarlos que puedan alquilar un cuarto, que venga parte de su familia si se fue…

¿Ayuntamiento o Ministerio de Turismo?

¿Este proyecto tiene más sentido desde el ADN que desde el MITUR?

Este proyecto no lo fue a buscar Turismo, de hecho hizo resistencia en 2011 cuando el ministerio de Hacienda y el BID escogieron esta cartera para ejecutar este proyecto después de la evaluación interna que se hizo del Ministerio y de sus fortalezas (de la que fueron objeto otras las instituciones). Después de ver la Estrategia Nacional de Desarrollo y ver que en Turismo se buscaba la diversificación de la oferta e integración local al desarrollo y turismo de circuito a nivel de todo el territorio e ir aminorando el turismo de enclave que hemos tenido hasta ahora se eligió al MITUR..

En mi caso, se me coloca como Coordinadora y también puse resistencia, porque yo trabajo a grandes escalas urbanas y el Ministro tiene una agenda a nivel nacional. Incluso fue curioso… en una actividad de Turismo el representante anterior del Banco me anunció antes de haber llegado a un acuerdo. Asumí el reto, estaba equivocada al pensar que un área de un km cuadrado no era suficientemente compleja. Lo que genera la complejidad de los retos no es el tamaño, está claro…

¿Cómo son las relaciones con el ADN? ¿Chocan las competencias?

Son muy buenas. Con unas personas hay más afinidad que con otras, pero eso es lo normal, eso son temas de personas no de instituciones. Hemos trabajado con mucho respeto a la institución del ADN siempre con la aprobación, todos nuestros procesos tienen la aprobación del ADN. Nos centramos en eso.

El plazo

¿Se está a tiempo de que se concrete el acuerdo para el segundo préstamo?

Se ha perdido tiempo muy importante. La idea es que una segunda fase se solape con la anterior por muchísimas razones: fragilidad del centro histórico, porque hay material ya listo para el inicio de alguno de los procesos del segundo préstamo, porque los equipos se sostienen con inversión doble. Más de la mitad los sostiene el Ministerio de Turismo directamente como aporte contrapartida y la otra parte forma parte de lo que se sufraga con financiamiento BID. También hay que cuidar la credibilidad que ha generado el proyecto, las sinergias que ha despertado y un bache no nos viene bien.

¿Cuál es el plazo?

Entiendo que hay tiempo de recuperar el tiempo perdido. Desde 2016 esos recursos entran en presupuesto. Estuvieron en presupuesto en 2017 y 2018. Tuvimos que hacer un segundo proyecto y el BID lo aprobó en Washington en diciembre de 2016. Ahí empezó a correr un plazo de un año para que llegue al Congreso y que concluya el proceso interno. Esto no sucedió hasta diciembre de 2017 porque, entre otras causas, estamos buscando figuras alternas para la administración y eso no se pudo concluir. Eso está a cargo del Ministerio de Hacienda. El BID ha dado una prórroga hasta marzo y el Estado tendría en todo caso que ir a complementario del presupuesto. Este Programa tiene permiso para un endeudamiento de 90 millones de dólares a seis años y tiene en el borrador de presupuesto 10 millones de dólares para este año. Sin embargo, hay que ir a julio¡ o agosto, cuando se haría un complementario.

¿Hay un cambio en la gestión de la segunda parte?

Sí, se está buscando una figura que apunte a una sostenibilidad de la inversión y por supuesto en la que se sientan cómodas todas las instituciones. El Programa ha escogido hacerse con mucha participación, está más en juego esa idea de quién ejecuta. Es un programa que no puede realizarse sin la participación de las instituciones del ámbito. Al contrario, el Programa lo que ha dicho es que instituciones que tradicionalmente no participan tenían que participar. Unas 20 instituciones se han ido sumando: Conadis, Indocal, CAASD, Edeste, MOP, Proconsumidor… Además de las que tradicionalmente actúan en la Zona: ADN, movilidad, residuos sólidos, seguridad… Esto no es solo arquitectura.

Se ha hablado de un fideicomiso público-público, a mi me gusta más la figura de público-privado, me parece más equilibrada, pero si fuera público publico o importa. Es una figura que nosotros introdujimos como idea en algún momento para la sostenibilidad futura pero no necesariamente para que sea una traba en el camino. Se necesita mucha buena voluntad de todos los líderes y creo que el MITUR ha demostrado que puede trabajar de la mano de otras instituciones. Es un proyecto eminentemente técnico y ha debido hacerse del modo que se ha hecho. Hay trabajo para todos. Invertir 30 millones en cinco años ha sido tan complejo, que invertir 90 en seis años va a requerir de muchas más manos y mucha más voluntad. Como equipo estamos esperanzados en que así sea.

¿Cuál es la urgencia más inmediata?

De cara al BID el plazo es marzo, para que el Estado pueda demostrar que también aprobó. Son 90 millones que el señor Presidente aprobó hace unos tres años. Se lo solicitamos en una visita sorpresa que hizo al Centro Histórico y después de haber visto que intervinimos la tercera parte o menos de la ciudad y que la Ciudad Colonial necesita muchas otras cosas y después de ver algunos ejemplos de cuánto invierten países vecinos en este tema.

Aspiraríamos a que ese presupuesto complementario no fuera tan tarde en el año y que pueda ser visto y aprobado el proyecto y pueda entrar en Presupuesto. También aspiraríamos la buena voluntad de todas las instituciones que están envueltas para que permitan que esto se desarrolle, no sería la primera vez que un proyecto de este tipo con recursos BID no haya entrado por regatiñas internas.

En el año 2000, 2002 trabajaba para el ADN enla oficina del Centro Histórico y trabajamos para que en ese momento entraran sesenta millones de dólares que en ese momento tenía el Banco reservado. Las condiciones institucionales no fueron las óptimas y el Banco decidió que había riesgo y no entró el dinero.

¿Puede pasar ahora?

Claro que sí. Creemos que estamos en otro momento histórico, que se ha demostrado que como país estamos aptos para administrar recursos públicos, hacerlo en tiempo. Tenemos seis, siete auditorías perfectas, limpias, que cualquiera puede ver porque son documentos públicos, auditorías que contrata el BID. El proyecto ha fluido de la menor manera y cumpliendo las normas internacionales y del propio Banco, eso no es negociable.

Museo

El museo de Patrimonio Subacuático o de las Atarazanas Reales espera por las colecciones que albergará. Con una museografía muy interesante y de última tecnología será uno de los puntos más visitados de la Zona. Se trabaja actualmente para constituir un organismo de gestión que permita su sostenibilidad. Hace 10 años existía el museo, que pertenecía al Ministerio de Cultura. Era más modesto que el que se prepara, pero tuvo que ser cerrado por un tema de presupuesto. Consultores internacionales han recomendado buscar acuerdos para dejar una Fundación sin fines de lucro al cargo.