SANTO DOMINGO. La señora Brígida Morales no se podía comunicar vía telefónica con su hija por lo que decidió llamar a la pareja de ésta, quien de forma muy natural y tranquila le dijo que tanto ella como sus niños estaban en la casa y se encontraban bien.
Reyna Isabel González Morales, de 30 años, tenía tres días muerta cuando el pasado miércoles su madre llamó a Víctor Alexander Portorreal, quien la mató de varias estocadas y posteriormente ahorcó a los tres hijos que ella procreó en su relación anterior.
Los cadáveres permanecieron por días en la casa donde convivía la pareja, ubicada en un segundo nivel en el barrio Enriquillo del kilómetro 8 de la carretera Sánchez, mientras Portorreal hacía su vida de manera normal.
“El miércoles la estuve llamando y nada, nada, nada. Me comuniqué con él, muy normal me dijo que todo estaba bien, que no había ningún problema y que los niños estaban en la casa y él donde un cliente. Yo le dije yo voy para allá y él me dijo que no, que ya él iba”, narró Brígida con voz entrecortada.
Sobre el victimario, asegura que siempre mantuvo una conducta favorable.
“Nos engañó a todos. Era 100% con los niños y con ella”, dijo la señora tras explicar que nunca vio discutir a la pareja. “Nunca tuvieron problemas, era un hogar tranquilo, bien de verdad todo. No sé qué fue lo que le dio”.