SANTO DOMINGO. Alrededor de un 35 por ciento de la población de San Juan se dedica a las actividades agropecuarias, según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE). De ahí que tanto productores agrícolas como el biólogo y catedrático de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Luis Carvajal, entiendan que sería fatal para la zona la instalación de compañías mineras en sus alrededores.
La región de El Valle, que comprende a las provincias San Juan y Elías Piña, mantiene una actividad productiva de maíz, habichuelas, guadúles, plátanos y otros productos que abarcan 3,2 millones de tareas dedicadas a la labor agrícola, de acuerdo con el VIII Censo Nacional Agropecuario del año 2015.
Además, en el caso de San Juan, donde la empresa GoldQuest ha solicitado la explotación de un yacimiento, es la provincia que mayor número de productores agropecuarios posee con un total de 18,740 personas que subsisten de manera directa de esta actividad económica.
“Tú no puedes amenazar una actividad de este tipo que ya ha visto la tendencia al abandono de la población, por la fragilidad del clima y las sequías”, advierte Carvajal, quien critica que no se haya hecho un plan de riego para la zona de El Valle y sus tierras de vocación agrícola.
Explica que en la zona de El Valle apenas el 21 % de los cultivos dispone de un sistema de riego lo que se traduce en una mala eficiencia en el manejo, por lo que correspondería al Estado asistir a los productores para optimizar la agricultura y racionar el agua, que ya carece la región.
Sin embargo, mantiene la alerta que sería “absurdo” permitir la actividad minera en la zona de La Ciénaga, paraje Hondo Valle, que se encuentra por encima de la presa de Sabaneta, que es la principal fuente de agua de la provincia.
Dice además que no se debe exponer el río San Juan a la posibilidad de un desastre minero, como ha ocurrido en otros lugares, debido a su importancia para la presa y el río Yaque del Sur que llega hasta Barahona.
“No te olvides que la presa de cola del Yagal nos daba la garantía de que ahí el agua de Barrick Gold iba a ser limpia y la situación que tú tienes es totalmente otra”, argumenta, en respuesta a lo que han expuesto los ejecutivos de GoldQuest de que el proceso en Romero sería subterráneo por lo que no habría peligros de contaminación ambiental.
“Es la puerta de entrada a la minería, va sobre una reserva de muy poco tiempo y agotado ese oro nativo ellos tendrían que cambiar de método de explotación”, sostiene el profesor de biología y miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana.
Cree que las compañías mineras no se conformarían con una sola explotación por lo que el proyecto Romero sería el primer paso de un proceso que se extendería por toda la región sur.
La región sur acoge en la actualidad 17 concesiones de exploración en la provincia San Juan, tres en Elías Piña, una en Peravia y otra en San Cristóbal, de acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Energía y Minas (MEM).
De estas, 13 fueron expedidas a la empresa GoldQuest Dominicana y el resto a la Corporación Minera San Juan y Mintech.
El profesor Carvajal señala que por las condiciones geográficas del país no sería prudente permitir la minería metálica por encima de los 600 metros de altura, como es el caso del proyecto Romero que se encuentra en la Cordillera Central a unos 800 metros sobre el nivel del mar.
Una propuesta de ley de Ordenamiento Territorial y Uso de Suelos del Ministerio de Planificación Economía y Desarrollo ha planteado que “la exploración y la explotación de los yacimientos mineros no afecte las zonas donde nacen los ríos, arroyos o cualquier curso de agua, especialmente en las áreas cordilleranas y serranas”.
En total, en el país hay 41 concesiones de exploración minera metálica, que buscan identificar yacimientos de oro, plata, cobre, zinc, plomo, platino, cobalto, molibdeno y níquel. La mina de San Juan tiene un valor de US$561 millones y el país recibiría US$224 millones, un 40 %.