MOCA, Espaillat. Las labores comerciales, educativas y productivas de esta provincia resultaron afectadas este lunes por el llamado a paro de 24 horas de varias organizaciones reclamando reconstrucciones de carreteras, caminos vecinales, reubicación del vertedero a cielo abierto y la destitución del procurador fiscal José Aníbal Carela.
Aunque en horas de la madrugada se escucharon algunas detonaciones de artefactos y la quema de neumáticos en las vías públicas, posteriormente la situación se normalizó con la presencia de decenas de agentes policiales portando armas largas, cortas y bombas lacrimógenas.
En el centro de la ciudad fue donde más negocios abrieron sus puertas, pero en los sectores populares, todos los colmados y demás establecimientos comerciales estaban cerrados.
Asimismo, la docencia pública fue suspendida en muchos centros, aunque no en los colegios privados.
Juan Comprés, coordinador general del movimiento social y popular Los Peregrinos, una de las organizaciones convocantes del paro, declaró que más del 90 por ciento de las actividades estaban suspendidas.
No obstante, el gobernador provincial Diloné Ovalles negó que el movimiento de protesta haya sido exitoso.
“Ellos tienen que vender esa idea, pero no es cierto, la mayoría de empresas y negocios están laborando y todo se irá normalizando poco a poco”, declaró Ovalles.
Dijo que el movimiento de protesta no tiene razón de ser, ya que el Gobierno está trabajando como ningún gobierno lo había hecho desde el 1976.
“La mayoría de los barrios y el centro de la ciudad tienen sus calles asfaltadas, estamos concluyendo ese proceso, al igual que en las zonas rurales”, expresó el representante del Poder Ejecutivo aquí.
En el mercado público la mayoría de los establecimientos cerraron sus puertas.
En cuanto al transporte público, disminuyó notablemente.