Era un hombre de McLaren. Llegó a Woking en 1989 y no paró de ascender niveles hasta llegar a dirigir el equipo en 2009 cuando Ron Dennis dio un paso a un lado para encargarse del área comercial de la marca. Así estuvo hasta que en 2013 el que fuera máximo dirigente del grupo diera un golpe de timón fichando a Eric Boullier y rompiendo ‘amistosamente’ con su fiel empleado. Ahora, cuatro años después, Martin Whitmarsh se deja caer de nuevo por la Fórmula 1, pero no es un equipo, sino en la FIA.
Según ‘Autosport’, el británico colaborará temporalmente con la Federación Internacional para ayudar a introducir una normativa que controle el gasto de los equipos, una de las principales preocupaciones de Liberty en su nuevo modelo del deporte. «Whitmarsh ha aceptado una invitación para trabajar con la FIA de manera temporal con el fin de apoyarla en la definición de regulaciones financieras para una competencia justa y sostenible en la F1», informa Matteo Bonciani, jefe de comunicaciones de la FIA, al respecto.
Una de las formas más productivas para llevar a cabo tal empresa sería estableciendo un límite presupuestario a las escuderías, algo sobre lo que Whitmarsh se mostraba a favor cuando aún dirigía McLaren, pero era consciente de los problemas que conllevaría. Esto decía en 2013: «Una minoría siempre será oportunista o tratará de frustrarlo. Siempre ha habido unos que tienen y otros que no, y los que tienen nunca quieren lidiar con eso. Se puede hacer, pero si no hay una voluntad lo suficientemente grande…».
Una vez que se marchó forzadamente de la F1, Martin se dedicó a la competición de vela, en la que asumió la dirección de una formación de la Copa América. Pero recientemente, en el mes de noviembre, volvió al mundo del automovilismo como representante de la Junta Asesora de la Fórmula E que preside Alain Prost. Ahora, la FIA necesitaba sus dotes de dirigente y sus formas de relacionarse (dirigió la FOTA, la asociación de equipos, dos años) para instaurar un control económico en la F1 y ha acudido a su llamada.