Ilusión porque es la primera vez en su historia que tienen un motor exclusivo solo para ellos y eso es «es algo bastante diferente al anterior comer o morir». En Toro Rosso estaban acostumbrados a compartir propulsor con equipos grandes y siempre contar con las peores piezas, por eso se alegran tanto de que todos los esfuerzos de Honda se centren únicamente en ellos, para bien… y para mal. Porque lo cierto es que confían en su nuevo socio, pero hay algo que les preocupa bastante viendo sus antecedentes: la normativa de motores de 2018.
El año pasado, Alonso y Vandoorne llegaron a utilizar más de diez unidades en las zonas más conflictivas del motor japonés, el turbocompresor y el MGU-H, y con el resto no se quedaron atrás. Teniendo en cuenta que este año solo se permiten tres unidades de potencia, normal que en Toro Rosso estén intranquilos. «Depende de cómo mantenga Honda la durabilidad bajo control, pero claramente, no será más fácil. Este número reducido de unidades nos dará un poco de dolor de cabeza», admite Franz Tost en ‘Speedweek’.
Es normal tener dudas en ese aspecto, lo ilógico sería no tenerlas, pero en Faenza puede más la confianza hacia Honda que el temor: «Honda ofrece una infraestructura fantástica, las deficiencias del pasado han sido reconocidas y están a punto de eliminarlas. Además, estamos mucho más involucrados en todo el proceso de desarrollo. Ya hemos completado innumerables pruebas en el banco de pruebas con la transmisión. Por supuesto, la temporada es un desafío difícil, pero lo aceptamos con mucho gusto».
Ellos están poniendo todo de su parte para entenderse lo mejor posible. ¿Un ejemplo? «Para comprender mejor la cultura japonesa, organizamos seminarios para nuestros empleados. Si no estuviéramos convencidos de que esto podría tener éxito, nunca nos habríamos embarcado en este proyecto», asegura firme Tost, que también espera otros beneficios: «La colaboración con una compañía tan reputada aumentará nuestra visibilidad y nuestros fans. Esto ayudará con la búsqueda de patrocinios, estoy convencido». El asfalto dictará el camino.