Ayer, tres meses, tres semanas y cinco días después de jugar su último partido (derrota ante Querrey en Wimbledon), Andy Murray volvió a las pistas. Lo hizo en una exhibición benéfica que disputó contra Roger Federer en Glasgow. Una lesión en el hombro derecho le había tenido en el dique seco todo ese tiempo, aunque según fuentes cercanas al jugador que cita el Daily Mail, el escocés consideró seriamente la posibilidad de reaparecer la semana pasada en el Masters 1.000 de París-Bercy. Su nombre estaba inscrito en el torneo y lo retiró el domingo 29 de octubre, pero no fue un “mero ejercicio cosmético”.
En su recuperación, Murray ha recurrido a una peculiar técnica de flexibilidad, particularmente beneficiosa para los hombros, que se llama Gyrotonic Expansion System y que mezcla danza, tai chi, yoga, natación y gimnasia deportiva. Teresina Goheen ha sido su entrenadora personal y al parecer esas clases han acelerado su restablecimiento.
Hasta anoche, el exnúmero uno solo había jugado ‘a escondidas’ en instalaciones anónimas del All England Club… y la inactividad no se notó mucho. Pero Federer le ganó (6-3, 3-6 y 10-6) incluso con una kilt (típica falda escocesa) puesta en un par de juegos. El Genio de Basilea bromeó al final: «Igual montó una exhibición con kilts, porque me he sentido muy ligero en la pista».
Murray, que tuvo que ponerse una peluca con la clásica boina de su país y el pelo rojo que le dio Federer, disputó después un partido de dobles con su hermano Jamie.