Épica Garcia: remonta y se mete como primera en semifinales

Caroline Wozniacki iba camino de arrollar a su tercera rival en las WTA Finals, pero después se desinfló y terminó cediendo al empuje de una épica Caroline Garcia que se ha ganado en un par de días el respeto y la admiración del mundo del tenis. Con una capacidad de superación y de lucha encomiables, la francesa volvió a remontar, como había hecho ante Svitolina el miércoles, para imponerse por 0-6, 6-3 y 7-5.

Pese a su gran triunfo, la francesa podría haberse quedado fuera de las semifinales si Halep hubiera ganado a Svitolina, que ya estaba eliminada. Pero venció la ucraniana y Garcia pasa como primera de grupo. Se enfrentará a Venus Williams. Wozniacki entra como segunda y se las verá con Karolina Pliskova. 

La victoria de García descarta de la lucha por el número uno tanto a Wozniacki como a Svitolina. Queda ahora en un mano a mano entre Halep y Pliskova, aunque la primera está fuera del torneo y contra las cuerdas. Si la checa gana el título será la nueva reina del tenis femenino.

Dando una sensación de dominio más propia de la mismísima Serena Williams, Wozniacki arrasó a García en el primer set, con su tercer rosco en otros tantos encuentros (nadie lo había conseguido en un Masters). Parecía que de nuevo los espectadores iban a quedarse sin partido a las primeras de cambio con la danesa volando sobre la pista, pero la tenista gala volvió a reponerse, con los consejos de su padre, y empezó a poner en dificultades a la exnúmero uno del mundo. Insistiendo sobre su derecha, García tiró de casta y le endosó a Wozniacki su primer break del campeonato. Luego se apuntó otros dos para cerrar el segundo parcial en 6-3.

En el tercero aumentó la emoción. La jugadora nacida en Odense, a quien también entrena su progenitor, un exfutbolista polaco (Piotr Wozniacki), recuperó su mejor nivel, pero para entonces su rival ya estaba a tope, encendida y con mayor motivación. A su contrincante no le urgía ganar porque ya estaba clasificada. Y eso al final se notó. Porque Wozniacki se destensó y acabó encajando dos roturas más con las que entregó el partido. Poco importaron sus ocho saques directos y los 33 errores no forzados de Garcia, que colocó para contrarrestarlos 31 golpes ganadores.

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