“Me voy al coche”. Se le estaba bajando el peinado a Carlos Sainz, concentrado el madrileño, con la mirada fija hacia delante, saludo a su amigo Gus que llegaba de Dallas con un ordenador debajo del brazo y al box. Otra vez. Y otra después. Era el primer día del piloto español en Renault, en un camino que debe terminar en el título mundial.
Hace unos años, Fernando Alonso dijo a este diario que Sainz sería el próximo campeón del mundo español. De momento está situándose donde debe, un equipo oficial con motor propio y este inicio está poniendo a prueba la legendaria capacidad de trabajo de los Sainz. Es importante tener el foco en el lugar debido, iluminar lo que realmente quieres. Y eso lo tiene claro Sainz. Por eso ya desde el jueves se montó mil veces en el coche para hacerse a su nuevo monoplaza.
Pero el primer momento realmente importante llegó en la mañana del viernes. Lluvia. Mirada al cielo. Problemas. Carlos quiere cada instante posible en el monoplaza para poder rodar y rodar. Finalmente amainó y sale a la pista. Su actuación sobresaliente. Ocho décimas mejor que su compañero, el brillante Nico Hulkenberg. Décimo.
Después llegó la segunda sesión y de nuevo estuvo por delante de su compañero alemán. Carlos undécimo, pero cerca del mejor en ese batallón medio en el que mandó su amigo Fernando, apenas a dos décimas, eso fue del undécimo al séptimo.
Alonso comenzó bien, se puso primero con el blando, por ejemplo Raikkonen no fue capaz de mejorar su registro, después le batieron otros, pero los únicos que lo hizo con el mismo neumático fueron Hamilton y Verstappen. Competitivo con esa goma el asturiano. Después salió directamente con el ultrablando y ahí se colocó a 1,6 segundos de Hamilton que había roto el mejor registro del circuito, ahí Kimi metió ocho décimas al asturiano. Pero el dato que deja claro la calidad de Alonso fue que su tiempo resultó 1,1 segundos más rápido en esos momentos que el de su compañero Stoffel Vandoorne, ambos con los mismos neumáticos, los rosas en homenaje a las víctimas del cáncer, los ultrablandos de Pirelli.
Y quien también volvió a impresionar fue Lewis Hamilton. Primero por delante de Verstappen y Vettel, a cuatro y cinco décimas respectivamente. Son ellos los que dominan ahora el Mundial, los tres pilotos estrella de los tres mejores equipos. Una cuadrilla a la que espera volver Alonso, en la que tiene esperanzas de entrar Sainz. De momento está ahí, iniciando camino. En el coche…