No levantaba un trofeo María Sharapova desde el del Masters 1.000 de Roma en 2015. Tampoco había llegado a una final desde que fue sanciona durante 15 meses por su positivo en meldonium. La rusa rompió ambas barreras en el modesto torneo chino de Taijin (tercera categoría WTA). Sufrió, y mucho, en la final para derrotar a la desconocida bielorrusa Aryna Sabalenka (7-5 y 7-6), pero logró quizá una de las victorias más importantes de su carrera. No por la relevancia del torneo, sino por alzar un título 883 días después.
Sharapova se plantó en la final asustando. No había cedido ningún set, sólo tres juegos perdidos en cuatro partidos y sin sufrimiento alguno. La exigencia de las rivales era menor, pero no se había mostrado tan segura desde su reaparición en abril. En la final se encontró con una rival que le planteó sus mismas armas y defectos. Presión alta y pocos errores al resto, pero el saque era irregular. Así Sharapova le rompió su primer saque del partido a Sabalenka. La biolerrusa no le dio importancia y se lo devolvió… en blanco. Sharapova comenzó con problemas al resto y también perdió su segundo saque. La bielorrusa consolidaba el segundo break y se ponía 1-4, difícil.
Sharapova se vio en una situación complicada por primera vez en el torneo, pero tiró de veteranía y primero aseguró el saque. Después presionó mucho el resto y a base de tesón y reiteración logró igualar el encuentro tras tres bolas de break desaprovechadas. Quien sufrió los nervios ahí fue Sabalenka, quien cedió el servicio con el que podía forzar el tie break. Después presionó, pero al segundo punto de set Sharapova logró cerrar la manga. Tomaba ventaja, pero nada estaba decidido.
La machada del primer set se quedó corta en el segundo. Dos roturas en los tres primeros saques de Sharapova parecían llevar el partido a la tercera manga, pero la rusa no lo quería. Con 1-5 en el marcador sumó cinco juegos consecutivos y se sacaba para ganar. Los nervios le pudieron y tras salvar dos bolas de break… la tercera condujo al tie break. Desempate larguísimo (15 minutos), donde la sucesión de errores fue continua. Hasta tres bolas de partido desaprovechó Sharapova, a la cuarta, con ambas exhaustas Sharapova lograba cerrar el partido. Mucho sufrimiento, no en más que en su camino hacia un nuevo trofeo. Sharapova ya gana.