Shanghái seguirá siendo territorio por conquistar para Rafa Nadal. Eso, porque no consiguió encontrar resquicio en la fortaleza de Roger Federer, que sigue siendo inabordable para él este curso. Un muro alto que no consigue derribar. Como en Australia, Indian Wells y Miami, el español volvió a caer (6-4 y 6-3 en 1h:12) ante el suizo, que encadena ya cinco victorias seguidas frente al balear. Si antes se le atragantaba (el cara a cara sigue siendo de 23-15 para Nadal), ahora parece haber encontrado un antídoto.
Con lluvia en el exterior, la cubierta retráctil con forma de pétalos del Qizhong Stadium se cerró y Nadal apareció en la pista con un estabilizador rotuliano en su rodilla derecha. Un síntoma de sobrecarga, que le pudo condicionar. La final del Masters 1.000 asiático sumaba el 75 partido del año en sus piernas (10 en 13 días) frente a los 48 del suizo, de 36 años. Y Federer, como si no quisiera añadir ni un gramo más de desgaste a su cuerpo, se presentó en versión exprés y frenó al español, que llevaba 16 victorias seguidas en pista dura.
A la velocidad de la luz, con una marcha más en sus golpes, el campeón de 19 grandes arrebató el saque en el primer juego a Nadal, que ya no pudo remontar en todo el parcial. Federer sólo perdió cuatro puntos con su servicio, firmó siete aces y 16 golpes ganadores (28 al final con sólo 11 errores no forzados). No dejó que el número uno se calentara ni que el partido se ensuciara.
En el segundo set, Federer siguió con los guantes blancos puestos. Y Nadal, sin el punto de explosividad que le situara en condiciones de voltear la situación. Todo iba demasiado rápido, al ritmo de la batuta del de Basilea. En el quinto juego llegó ya el break del suizo. Y se disparó a la victoria.
Federer acumula este año títulos en dos Grand Slams (Australia y Wimbledon), tres Masters 1.000 (Indian Wells, Miami y Shanghái) para sumar un total de 27 y en su jardín de Halle. Una temporada impresionante, como impresionante sigue siendo la de Nadal (seis títulos y diez finales) al que sólo se le resiste la prueba de Federer. En Shanghái, en la pista más rápida del circuito de Masters 1.000, dio la impresión de haber llegado ante él con demasiados kilómetros en las piernas. La rodilla fue un síntoma.
El circuito vuelve ahora a Europa, donde Nadal está apuntado a Basilea y París-Bercy y el suizo ha recortado la distancia en el ranking a 1.960 puntos. Después asoma el Masters en Londres (12-19 noviembre). El gran objetivo del balear, un torneo que tampoco ha ganado nunca. Pero ahí estará también Federer. Su problema.