Una ciudadana china, que podía pasarse jugando hasta 8 horas sin levantarse del sofá, reconoció que se había obsesionado tanto que jugaba después del trabajo y todos los fines de semana.
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Una ciudadana china, que podía pasarse jugando hasta 8 horas sin levantarse del sofá, reconoció que se había obsesionado tanto que jugaba después del trabajo y todos los fines de semana.
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