Garbiñe Muguruza recibió el martes en Tokio el trofeo que le acredita como número uno del mundo, un reinado que le ha llegado con 23 años y que comenzará a defender desde este miércoles en la imponente pista del Coliseo Ariake, en Tokio. Un torneo de categoría Premier que da inicio a su maratón por Asia que le llevará después a los torneos chinos de Wuhan y Pekín y a poner la guinda en las WTA Finals de Singapur (22-29 de octubre). Un título, el de maestra, que no ha ganado nunca una española. Sólo se acercó Arantxa Sánchez Vicario, finalista en 1993.
Muguruza, que luce ya dos Grand Slams en su palmarés, se medirá a la puertorriqueña Mónica Puig (10:00, TDP), 70ª del ranking y que ganó a la española en su único enfrentamiento, en los Juegos de Río. Sabe que a final de semana, pase lo que pase, no perderá el número uno. Tiene 6.030 puntos y defiende 100. Sumará un mínimo de 55 el lunes (porque contabilizan sus dos mejores Premier 5), por lo que saldrá con un mínimo de 5.985. La checa Karolina Pliskova (4ª), también en Tokio, podría eso sí colocarse muy cerca de la campeona de Wimbledon si gana el título. Simona Halep (2ª) y Elina Svitolina (3ª) descansan esta semana.
Hasta final de año, Muguruza defiende 280 puntos. Junto a Pliskova (225), de las que menos. Por eso, el objetivo de acabar número uno a final de año, algo que no pudo firmar Arantxa, es otro reto. Complicado, eso sí, pues la WTA ha tenido a 13 jugadoras en lo más alto en la última década.
“He llegado (al número uno) a una edad temprana y todavía tengo mucho por jugar. Eso me motiva para intentar mejorar y mantener lo conseguido. Queda mucho por delante y va a ser muy difícil. De todas formas, tener más presión forma parte de esto”, avisa Muguruza. Pliskova, que ha roto con su técnico David Kotyza tras perder el número uno en el US Open, recuerda que este año “está bastante abierto por la ausencia de Serena (Williams), todo está muy apretado en el top-10”. La número 9, Dominika Cibulkova, ganó hoy a Carla Suárez por un doble 6-3. El sprint final por acabar en lo más alto promete.