“Yo estoy concentrado en mi trabajo y no presto atención a estas cosas. Yo sí lo tengo claro, tengo otras siete carreras de contrato por delante, correré en Malasia y hasta Abu Dhabi”. Jolyon Palmer, actual piloto de Renault, se revolvía ante la pregunta que ponía en duda que vaya a seguir vistiendo los colores del equipo francés en el próximo gran premio. ¿Por qué esa rotundidad? El piloto británico está nervioso, sabe que su continuidad en 2018 está condenada ante la inminente llegada de Carlos Sainz, como ya anunció AS, y diversas fuentes lo sitúan tan inminente que podría ser en Sepang.
El conjunto galo ha decidido que el madrileño de 23 años sea parte fundamental de su proyecto de futuro y ha sido petición expresa de la escudería que dirige Cyril Abiteboul como parte del acuerdo de para liberar a Toro Rosso y suministrar motores a McLaren, anuncios que casi con toda seguridad se llevarán a cabo el primer día de actividad en pista en Marina Bay. Sainz calla y mantiene la calma. Sabe que su futuro es amarillo y negro, pero aún debe esperar si será en 2018 o el próximo 29 de septiembre. Sea cuando sea, el paso será positivo para el español.