Por Félix Santana
Conforme informaciones oficiales los fondos de pensiones de los trabajadores dominicanos ascienden a RD$486,290.9 millones, de los cuales un 78.4% están en las Cuentas de Capitalización Individual (CCI), equivalentes RD$381,111.6 millones; y un 6.6% a planes de Reparto Individualizado, con RD$32,294.8 millones.
Además, 0.04% a planes complementarios, ascendentes a RD$203.3 millones; un 5.4% al fondo de solidaridad social, con RD$26,209.3 millones; y un 9.3% al Instituto Nacional de Bienestar Magisterial (INABIMA), con RD$46,471.8 millones.
Estos fondos se han invertido en bonos y títulos los cuales obtienen una rentabilidad promedio real de un 7%. El 73% de dichos fondos equivalentes a RD$354,992,357 se encuentran invertidos en bonos del Banco Central y del Ministerio de Hacienda de la República Dominicana.
Esta situación es deplorable tal como lo expresan con lamentos las autoridades de la Superintendencia de Pensiones (SIPEN) ya que a dichos fondos se les debería estar extrayendo mayores beneficios a favor de los trabajadores mediante inversiones diversificadas en otros instrumentos financieros que vayan a engrosar los fondos de pensiones.
No es un secreto que el dinero tiene valor en el tiempo, es decir, un peso hoy vale más que un peso de mañana por lo que se debe procurar que la rentabilidad obtenida por las inversiones que se realicen de estos fondos compensen la pérdida de su valor en el tiempo, debido al aumento sostenido de los precios de los bienes y servicios, la baja producción y el cambio de la moneda dominicana ante divisas más fuertes.
Es penoso decir que el mercado de valores de la República Dominicana no ofrezca alternativas de inversiones que todo inversionista espera pues el mercado financiero es muy limitado.
Como se sabe toda rentabilidad se encuentra acompañada de riesgos. Los bonos tienen riesgos, pues si no se pueden vender en el mercado antes de su vencimiento, se puede perder dinero, a veces bastante. Los bonos conllevan riesgos de mercado o riesgo de tipo de interés y de crédito.
Cuando los tipos de interés del mercado cambian, el precio de los bonos también lo hacen. Del vencimiento, de la frecuencia y del tamaño del cupón depende que los bonos tengan más o menos riesgo de mercado.
Cuanto mayor es el vencimiento de un bono, más volátil es y mayor riesgo conlleva. Por el contrario, cuanto más cercano sea el vencimiento, menor volatilidad tiene el bono. A mayor frecuencia y mayor tamaño del cupón, menos volátil es el bono.
En cuanto al riesgo de crédito o financiero, los bonos no dejan de ser un préstamo que se le hace a alguien, y los préstamos tienen un pequeño problema y es que quizá no se devuelvan.
Los fondos de pensiones deberían ser invertidos en otros instrumentos financieros pero el mercado de valores no ofrece estos pues el mismo se limita a certificados, letras, notas financieros, bonos, papeles comerciales y unas que otras acciones preferentes y haciendo algunos pininos emisiones de pocas acciones ordinarias o comunes.
Esta situación no solo la confrontan los fondos de pensiones de los trabajadores sino todos los inversores dominicanos que aparte de que rentabilidad que se obtiene es baja, el mercado no ofrece alternativas para diversificar los riegos.
No tanto se aboga por que la rentabilidad sea exorbitante ya que a mayor rendimiento mayor riesgo y viceversa pero que haya una diversidad de instrumentos financieros que le permita al inversionista optar por los que más rentabilidad con bajo riesgo estos podrían ofrecer y así evitar concentrar el riesgo.
Los fondos de pensiones se encuentra mayormente invertidos en el Banco Central y en el Ministerio de Hacienda estos podrían verse tentados en ser utilizados por el gobierno central en financiar déficits fiscales o para fondos fiduciarios con poca seguridad de devolución ya que siempre se ha pensado que el dinero que ofrece en préstamo el Estado es un regalo y por lo tanto no debe reembolsarse.
Si bien es cierto que los instrumentos de renta fija ofrecen mayor seguridad de obtener su retorno que aquellos que son de renta variable no menos cierto es que se requiere la diversificación de estos para aminorar el riesgo.
Ha sido gratificante recibir la información de que recientemente la Comisión Clasificadora de Riesgos y Límites de Inversión emitió una resolución en la que aprueba como alternativa de inversión con los fondos de pensiones un programa de emisiones de valores por hasta RD$2,500 millones.
De manera que se tendrá una nueva alternativa para invertir los fondos de pensiones pero sobre todas las cosas para esquivar el riesgo que siempre está latente en toda transacción financiera.