Un rugido nunca antes escuchado


Acostumbrado a hacerse sentir con el bate, en esta ocasión Miguel Cabrera recurrió a los puños para sembrar miedo en Nueva York CARACAS.- En Nueva York le temen a Miguel Cabrera, tanto de un lado como del otro; y es que cuando se trata de beisbol, ¿qué ciudad de los Estados Unidos no?
En la “Gran Manzana”, donde hospedan a dos equipos de las mayores, han sufrido su poderío por partida doble.
No obstante, el pasado jueves, los Yanquis vieron una cara de Cabrera nunca antes vista y mucho más peligrosa que su ya temible promedio vitalicio de .316 ante ellos.Cabrera, ese de una reputación impecable sobre el terreno, constantemente protagonista de bromas y escenas joviales con compañeros, rivales e incluso aficionados, se fue a los puños, soltó manos.
En un juego que culminó con cinco peloteros, incluyendo a Cabrera, ambos mánagers y un coach de banca expulsados, el maracayero arremetió contra el receptor de los neoyorquinos, AustinRomine, luego de que un pitcheo pasara detrás de su espalda.“No quieres ver gente golpeada en la cabeza, jugadores peleando en el campo, pero tienen que entender que somos humanos y en el calor del momento, a veces reaccionas de ciertas formas”, le dijo Cabrera a MLB.com al respecto.
La tensión entre ambas divisas data desde el 31 de julio, cuando un par de pelotazos dejaron el ambiente caldeado. El jueves, Gary Sánchez fue golpeado en el quinto, un inning después de conectar su cuarto jonrón de la serie. Entrada y media después, llegó el pitcheo que disgustó a Cabrera, quien se encaró con Romine antes de empujarlo y golpearlo.Siete juegos de suspensión
La Major League Baseball anunció ayer una suspensión de siete juegos a Miguel Cabrera por “incitar el primer vacío de bancas y por pelear”. Sánchez y el lanzador bengalí, Alex Wilson, recibieron cuatro juegos cada uno, mientras que Romine obtuvo dos. El mánager de Detroit, Brad Ausmus, fue castigado con uno.

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