Acentuar tus puntos fuertes y disimular los débiles. Una estrategia que todos los equipos realizan cada carrera para intentar cumplir sus objetivos. Luchar por la victoria, intentar subir al podio o simplemente puntuar, existen múltiples factores que afectan a los monoplazas y determinan en gran medida, la competitividad de los pilotos en los diferentes trazados que conforman el Mundial de Fórmula 1.
Si existe una característica que demanda Spa Francorchamps a los coches para lograr un buen tiempo por vuelta, es disponer de la mayor potencia posible desde el lado de la unidad de potencia. Un aspecto donde McLaren Honda no destaca.
A pesar de que los japoneses han introducido en el Gran Premio de Bélgica 2017 una nueva especificación de su propulsor, la mejora no ha impedido que Stoffel Vandoorne haya tenido que ayudar con su rebufo a Fernando Alonso durante la última tanda de la Q2, a intentar conseguir que el asturiano se clasificase para la Q3.
Una acción que ha permitido ganar a Alonso 12.6 km/h en la larga recta de Kemmel (5º Alonso con 337.8 km/h y 18º con Vandoorne 325.2 km/h), pero que ha resultado finalmente insuficiente debido a los problemas con la batería del McL32 que han afectado más tarde al bicampeón del mundo.
«Sin lo que perdemos por el motor, estaríamos en la primera y segunda posición». Una táctica que se repetirá a la inversa dentro de una semana en Monza. Aún queda mucho trabajo por realizar en Sakura para convencer a McLaren.