Este fin de semana, la Fórmula 1 vuelve a la acción después de casi un mes de parón. Y regresa por todo lo alto. El circuito de Spa albergará este domingo su cincuenta gran premio. Un trazado maldito para Carlos Sainz. Su trayectoria en el GP de Bélgica se resume a dos carreras, dos abandonos. Sin embargo, Sainz considera el trazado belga como uno de sus favoritos.
«Me encanta competir en Spa porque es una pista que tiene un poco de todo. Tiene largas rectas, en las que se puede adelantar, pero también algunas curvas muy bonitas. Es difícil encontrar el equilibrio adecuado del coche, pero me gusta el desafío», ha asegurado Carlos Sainz.
El piloto de Toro Rosso es consciente de su trayectoria en Bélgica. El madrileño espera revertir la situación y que la suerte le sonría: «Spa es uno de mis circuitos favoritos, aunque nunca he acabado una carrera de F1 aquí. El abandono de 2015 fue frustrante porque hice una de mis mejores salidas. Salí 15º y estaba séptimo en la segunda vuelta, pero de repente tuve un pinchazo en plena recta… ¡Fue mucha mala suerte! El año pasado tuvimos una carrera muy cálida, de hecho costaba dormir por la noche por el calor, sentía como si estuviera de vacaciones en España. A la tercera va la vencida, o eso dicen».
«Hay una curva que quizá no es tan famosa, pero que me encanta porque es muy dura. En Spa todo el mundo piensa en Eau Rouge, pero creo que Pouhon es una de las curvas más difíciles del mundo, porque llegas en séptima marcha a 260 kilómetros por hora», ha concluido el español.