Desde su regreso, el criollo ha probado que todavía tiene gasolina en el tanque CARACAS.- Son tiempos difíciles para los Tigres de Detroit. Las victorias llegan solo de vez en cuando y el sótano divisional cada día luce más y más cerca.
Aníbal Sánchez conoce muy bien lo que significa pasarla mal. El diestro no ha sido el mismo abridor efectivo desde 2014, una temporada después de que liderara la Liga Americana con una efectividad de 2.57; después de allí, los jonrones han sido su principal pesadilla y el castigo recibido llevó a los bengalíes a enviarlo a las menores en mayo.
Sin embargo, desde su retorno a las mayores el 19 de junio, Sánchez ha mostrado una cara mucho más similar a aquella que lo convirtió en una garantía para los Tigres por varias temporadas. Esa misma jornada frente a los Marineros, el diestro criollo trabajó por espacio de cinco episodios en los que permitió igual número de imparables, dos carreras, regaló tres boletos y pasó por la guillotina a cinco contrarios.
Cinco días más tarde, el oriundo de Maracay volvió a lucir, en esta oportunidad frente a los Padres de San Diego. Sánchez subió al morrito del Petco Park y alcanzó los seis innings de trabajo con apenas dos hits y una carrera limpia a su nombre, esta vez sin otorgar boletos y con cuatro ponches en su línea final.
El próximo conjunto en poner a prueba al venezolano fueron los Indios de Cleveland, quienes solo pudieron sacudir cuatro indiscutibles y fabricar tres carreras frente a los envíos de Sánchez.
A pesar de su buen desempeño en cada una de dichas salidas, el diestro tuvo que conformarse con salir sin decisión, pues los bengalíes terminaron perdiendo los primeros dos de esos cotejos, así como también cayeron en 12 de los 19 juegos iniciales desde el retorno del serpentinero criollo.
El pasado 6 de julio, Sánchez consiguió su primera victoria del año con otros seis actos de calidad, tolerando cinco indiscutibles y dos carreras con ocho ponches propinados.
Fuente
