Surreal imagen la que se vio en Bakú. Tras la bandera roja provocada por los trozos de fibra esparcidos por la pista, los mecánicos de Lewis Hamilton no anclaron bien el reposacabezas de Lewis Hamilton al coche. El resultado fue que se le iba levantando según avanzaban las vueltas y el británico tenía que conducir con una mano y sujetar el reposacabezas con la otra para evitar que saliera volando.
Finalmente, Hamilton tuvo que parar a que los mecánicos de Mercedes le cambiaran la pieza, y volvió a la pista en novena posición.