En cuatro de las estafadas ni siquiera hubo tiro CARACAS.- Los corredores de los Nacionales de Washington estuvieron de fiesta el martes al sumar siete robos de base a la batería de los Cachorros de Chicago, conformada por el lanzador Jake Arrieta y el cátcher Miguel Montero.
Luego del compromiso, que se selló con la victoria 6-1 para los capitalinos, el criollo no dudó expresarse. “Realmente apesta porque las bases robadas recaen en mí, y si te fijas, el pitcher no me dio tiempo”, reseñó la agencia AP.
Montero rompió la regla y crucificó a un compañero, motivo suficiente para que los oseznos rompieran relaciones con el careta este miércoles.
Pero, deportivamente, ¿tuvo razón Montero?
De acuerdo con Travis Sawchik (Fangraphs), el lanzador presentó una cuota importante de responsabilidad en cada robo. El promedio de tiempo del abridor para mandar la bola al home fue de 1.6 segundos. El informe señala que de 1.5 en adelante puede ser considerado como lento.
En cuatro de esos siete robos ni siquiera hubo tiro.
Para mayor problema, la situación de Montero tampoco es alentadora.
Un estudio de Statcast coloca al venezolano en el último lugar entre una lista de 52 receptores y sus tiempos al momento de recibir la bola y hacer que llegue a determinada almohadilla. Con 2.12 segundos de promedio, es 24 centésimas de segundo más lento que Austin Hedges, líder del conteo. En segundo lugar aparece el también venezolano Willson Contreras, hasta el miércoles compañero de equipo de Montero.
La batería, para lamento de los Cachorros, juntó a dos peloteros con mecánicas lentas. Cuando Arrieta ha estado en el morrito, solo 17% de los corredores han sido puestos out. Con Montero detrás del plato, solo 1 de 31 ha sido retirado este año.
La situación brindará mayor tiempo de juego a Contreras, en la que es apenas su segunda campaña en las mayores.
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