Le da igual que sea canadiense como él y que acabara su carrera de casa con los primeros puntos de la temporada, cuando Jacques Villeneuve se pone ante un micrófono no tiene piedad. Esta vez el objetivo de sus críticas fue Lance Stroll, el piloto más joven y único novato real de la parrilla si tenemos en cuenta que Vandoorne ya debutó con McLaren el año pasado. Si en Williams hubo alguna celebración por el primer Top 10 de su segundo piloto en un gran premio, Villeneuve se encargó de acabar rápido con la fiesta.
El campeón del mundo de 1997 lanzó un misil directo al orgullo de Stroll asegurando que es uno de los peores novatos que ha visto en la historia de la Fórmula 1. Unas declaraciones muy duras que se unen a las numerosas críticas que ha recibido Lance esta temporada y que quizá estén fuera de lugar tras verle estrenarse en los puntos. Sin embargo, lo que provocó esa sentencia de Jacques fueron los 1.4 segundos de diferencia y las diez posiciones (7º por 17º) que le metió su compañero Massa en la clasificación del sábado.
«Fue más de un segundo más lento que Felipe. Los resultados hablan por sí mismos. Es una de las peores actuaciones de un novato en la historia de la F1», sentenció Villeneuve en la cadena austriaca ‘ORF’. Unas palabras que podrían afectar a Stroll, pero hace tiempo que se puso un escudo con el que defenderse de esos ataques para poder trabajar con normalidad: «No me importa lo que piense la gente. Estoy feliz por mí y por el equipo, el resto es ruido. La gente a la que no le gusto siempre encontrará excusas. Yo siempre tuve confianza».
El hijo de Gilles aterrizó en la F1 en 1996 como campeón de la IndyCar y lo hizo en Williams, que en los 90 fue tremendamente exitoso (cinco títulos de pilotos incluido el suyo) y ya en su primera carrera hizo la pole y subió al podio, y en la cuarta ganaría. Cifras enormes que no se pueden comparar con las de Stroll (4 abandonos y 2 puntos en 7 carreras), así que Lance seguirá a lo suyo. «No habrá nada fácil en las próximas carreras, hay mucho margen de mejora», dice en ‘Le Journal de Montreal’. Tiene un largo camino por delante… y una presión enorme detrás.