Kuhn: "Si me invita a pescar en su yate Nadal, no le digo que no"

Nicola Kuhn, que este sábado disputará en Roland Garros la final individual (11:00) y la dobles (15:00) en categoría júnior, es todo un personaje y parece muy bien preparado para lo que le puede esperar. De padre alemán y madre rusa, nació en Innsbruck, Austria, hace algo más de 17 años («mi padre viaja mucho, porque monta exposiciones por todo el mundo, estaba de vacaciones con mi madre y yo decidí salir allí», ríe Nicola), y con tres meses su familia se trasladó a Torrevieja, Alicante. «Mi padre se compró una casa, en una zona de cámping, que salió barata. La intención era que fuera de veraneo, pero luego decidieron quedarse». Dice que tiene el pelo (rubio casi albino) y los ojos claros por los orígenes de sus progenitores. Domina cuatro idiomas (castellano, inglés, alemán y ruso), aunque dice que entiende «muchos más». «Con el francés estoy ahora, porque mi fisio es de allí y mi padre vivió aquí». Pero habla casi siempre «en español».

Como jugador se describe así: «Soy sólido desde el fondo, le pego bien en los puntos importantes y me gusta jugar atrás, porque en júniors la gente falla más que una escopeta de feria y así me aprovecho. A dos tiros no ganas a nadie si no eres Wawrinka». Ahora le entrena de nuevo el técnico que le enseñó cuando era niño, el argentino Pedro Caprotta, y pasó seis años en la JC Ferrero Euqelite Academy. «Me aportó de todo un poco, valores, trabajo, el esfuerzo del día a día, tenis… Gracias a ellos soy quien soy ahora. Decidí irme hace tres meses porque vi que había cosas en mi juego que no podía mejorar ahí y porque físicamente me estaba superando». Ahora tiene un equipo en Torrevieja.

«Empecé con el fisio tres días a la semana, era un profesional respetado en Francia que había tratado a boxeadores olímpicos (no quiso revelar su nombre porque oficialmente está retirado). Estaba un poco tocado por la carga de entrenamientos. Y jugaba sufriendo y con dolor. No es plan estar así con 17 años, por eso dejé la academia. Cambie horas por intensidad después de ver también al doctor Cotorro».

Sobre sus modelos, aprovecha sus golpes naturales y quiere mejorar su derecha. «Es lo que me está fallando y en los últimos tres meses he mejorado mucho. Mi referente es Djokovic». Llegó a jugar como alemán. «La Federación Española no me llamó ni me ayudó con el pasaporte. Empecé después a jugar con España gracias a LaLiga, que me fichó junto con Paula Badosa y Joel González. Lo que hice con Alemania me sirvió para coger experiencia y divertirme».

Entre sus aficiones están los coches: «De pequeño fui campeón de España de kárting, soy un fanático de los coches, aunque aún no tengo el carné, ya sé conducir», confiesa entre risas. «Jugaba al golf y me gusta pescar, como buen vecino de Torrevieja. Se me da muy bien. Si Nadal me invita a dar una vuelta en su yate y a pescar, no le digo que no», bromea Kuhn entre risas, y advierte que aún no conoce al nueve veces campeón de Roland Garros, aunque le gustaría, pero sí a su tío Toni. Y ojo con la anécdota de su encuentro durante el último Mutua Madrid Open: «No había mesa libre para comer y nos tocó sentarnos con él. Me preguntó, ‘oye, tú qué haces aquí’, y yo le dije, ‘es que juego, primera ronda de qualy’; ‘y que tal te ha ido’;  ‘bien, he ganado a Basilashvili (uno de los rivales de Nadal en Roland Garros); ‘¿resultado?’; ‘7-5 y 6-0’; ‘hostias, ¿cuántos años tienes?’; ’17’. Así es como empezó todo y luego se soltó y habló más conmigo».

Prefiere la hierba

Kuhn ha jugado en todas las superficies, pero confiesa, con cierto temor a que le critiquen, que su preferida es «la hierba». «Llevo un año probando y me gusta. Mejorando detalles podría jugar bastante bien (estará en Wimbledon). En pistas rápidas voy bien porque le pego bastante a plano». Manías tiene pocas, «solo coger las bolas del lado del deuce, y las del lado de la ventaja». Entre Vettel y Alonso, prefiere al alemán: «Es más agresivo y ataca en momentos claves. Alonso es muy bueno, pero…». Del fútbol pasa un poco («no está entre mis preferencias»).

Su éxito en París lo relativiza: «Los Futures de la ITF y los ATP son más importantes que los torneos júnior de Grand Slam. De mi generación no nos veo llegando arriba a nadie ahora mismo, esto es muy difícil. Ganar aquí no te garantiza llegar al top-100 después. Albert Ramos me dijo algo muy bueno antes de empezar el torneo. Me dijo que no me cambiaría la vida ni perder ni primera ronda ni ganar este torneo. Él se quedó en octavos en el júnior que jugó y es top-20, y otros de su edad que lo ganaron no han llegado a nada». Así es Nicola Kuhn, posible estrella en ciernes.

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