Antes de que comenzara la temporada 2011 Robert Kubica era uno de los pilotos más cotizados de la parrilla del Mundial, pero su accidente en un rally italiano en el que corría como aficionado truncó su carrera en la Fórmula 1. Siete años después ha podido subirse a un Lotus de 2012 en Cheste, su primera experiencia con un F1 desde 2010, y los resultados fueron positivos para el piloto polaco.
Con 32 años, Kubica explica a Sky sus sensaciones: «Es un nuevo comienzo para mí. No sé lo que supondrá, pero es una gran sensación saber que puedo pilotar un coche de Fórmula 1 después de un periodo tan difícil y con mis limitaciones. Saber que puedo pilotar el coche y que puedo pilotar con un buen ritmo, en la distancia completa de un gran premio, es algo que me hace sentirme orgulloso».
Tiene claro que no quiere detenerse en una sola sesión de entrenamientos y habla de regreso: «Una vez hecho este test quiero hacer más test. No depende sólo de mí, pero seguiré trabajando y con suerte un día tendré la oportunidad de seguir avanzando y, paso a paso, puede que el regreso adecuado». «Pasé mucho tiempo preparándome por si podía probar un Fórmula 1, y tuve un gran día», dice.
Dio 115 vueltas al circuito Ricardo Tormo y, según Renault F1, se quejó del grip, de subviraje y de la aerodinámica aunque terminó feliz. Todo coincidiendo con el GP de Canadá, una carrera que siempre fue importante para él. Allí sufrió un aparatoso accidente en 2007 que conmocionó a todos en la F1. Pero, sobre todo, allí logró su única victoria en el Mundial, en 2008 con BMW Sauber.