Rafa Nadal y Dominic Thiem se enfrentan hoy en las semifinales de Roland Garros (no antes de las 15:30, Cuatro y Eurosport). Será la cuarta edición en 2017, la séptima en total (4-2 para el español), de un duelo que Carlos Moyá, entrenador de Nadal y campeón en París en 1998, definió ayer como el “clásico de la gira de tierra batida”. El de Manacor ganó en las finales de Barcelona y Madrid, y el austriaco en los cuartos de final de Roma. Hay revancha.
La historia dice que en partidos al mejor de cinco sets sobre arcilla, Nadal es casi infalible. Su marca impresiona: 100-2. Su balance en Roland Garros, 77-2, también. Son algunos factores que le convierten en el gran favorito para todo el mundo, también en las casas de apuestas.
Hay más datos que juegan a su favor, como el tiempo en pista. Gracias al abandono de Pablo Carreño por lesión (sufre una rotura abdominal y es duda para Wimbledon), Nadal suma 7h:53, mientras que Thiem acumula 9h:41. Wawrinka y Murray, que disputarán a las 12:45 la otra semifinal, se llevan la palma con 10h:46 y 13h:43. En distancia recorrida también ha ahorrado el de Manacor. Lleva 6.995 metros; Thiem, 7.759, Wawrinka, 9.423 y Murray, 12.334. Otro dato que impresiona de Rafa es de los juegos perdidos. Nunca había llegado a estas alturas del torneo con menos: 22 (ver gráfico). Thiem (39), Wawrinka (54) y Murray (65) han cedido más que él.
Por si todo esto fuera poco, Nadal goza de la confianza ciega de su equipo, empezando por Moyá: “Si tuviera que poner mi vida en juego con Rafa elegiría este escenario (la Philippe Chatrier). Nadie te asegura que vaya a triunfar, pero si hay algo difícil en este deporte es ganar a Rafa en esa pista”. El exjugador afirmó que tienen “controlados” los ajustes que hizo el austriaco en Roma y que la amplitud de la pista hace que “los rivales pierdan la referencia”. Nadal y Thiem se entrenaron ayer pared con pared para preparar el nuevo clásico de tierra.