Stan Wawrinka puede ser el tapado de esta edición de Roland Garros. A la chita callando, se ha plantado en semifinales sin perder ni un set y con muy buenas sensaciones. No es que lo suyo haya sido un paseo, ha jugado cuatro tie-breaks en lo que va de torneo, pero está exhibiendo un gran tenis y ya fue campeón en el Grand Slam de tierra hace dos años. Este miércoles ha pasado por encima de Marin Cilic, otro que venía fuerte (6-3, 6-3 y 6-1 en una hora y 40 minutos) y jugará las semifinales por tercer año consecutivo en París y contra el mismo rival que en 2016. Lo hará ante el escocés Andy Murray, que venció a Kei Nishikori por 2-6, 6-1, 7-6 (0) y 6-1.
El número tres del mundo ya figura en la lista de 20 jugadores que han estado en nueve semifinales de grandes en la Era Open (desde 1968). Es el veterano del cuadro masculino en Roland Garros y se está comportando como tal. Ante Cilic minimizó errores (17 por los 32 no forzados de su rival) y mantuvo la compostura incluso cuando el croata le atacó en el segundo set en busca de un break que llegó en el sexto juego pero que no sirvió de mucho, porque Wawrinka se apuntó seis roturas en total. Así mandó sin problemas llevándose bastantes puntos con el segundo saque (79%). A Cilic le domina ya por 11-2, ahora 12-2, en el balance de sus enfrentamientos particulares y no perdía ante él desde que lo hizo esas dos veces en 2010. Eso pesó también.
Murray, de menos a más
Andy Murray fue de menos a más en su duelo contra Nishikori, reflejo de lo que le ha pasado en el torneo, donde ha ido encontrándose cada día mejor. La semifinal del viernes ante Wawrinka será para el escocés la cuarta seguida en Roland Garros, donde aún no ha sido campeón, igualando la marca de Rafa Nadal y Mats Wilander. Murray se sobrepuso a un mal comienzo para ir recuperando sensaciones y remontar. El tercer set fue clave para el número uno del mundo, que aguantó la presión para llevárselo en un tie-break donde arrasó (7-0). La última manga la ganó a placer. Pese a no sacar demasiado bien, cometió menos errores no forzados que el japonés (26-45) y le rompió siete veces el servicio, tres de ellas en el set definitivo.