No señores, eso no es que el pueblo espera

Por Leonrdo Sanchez

Después de largos meses de tratar de esconder el bulto; de buscar todas las excusas posibles para evitar entrar en la materia ineludible de abrir las compuertas al expediente podrido de Odebrecht, lo están haciendo muy mal. Como lo habían venido haciendo, para terminar en un homelet.

Porque con el caso mal hecho y peor presentado, solo están dejando asomar la punta del iceberg. El monstruoso tempano de lodo y pus que ha tronchado las aspiraciones de bienestar colectivo de la sociedad. La sociedad que ahora despierta para verse robada y encima engañada al tratar de esconder a una parte importante de los cacos de saco y corbata. Y maletín.

Y cometiendo “errores” de traducción tan pendejos que dejan al aire el sucio refajo de ocultamiento y selectividad que procura no procurar nada de los hechos de ahora. De “ahorita mesmo” como se dice con dos tequilas.

Porque con todo el dinero “distraído” desde 1996 a la fecha, esta sociedad pudiera estar viviendo el mejor momento de su historia. Bien administrados, esos recursos hubieran posibilitado la solución de todos los problemas que la gente reclama desde la fundación de la república.

Porque estos malditos ladrones cuentan los miles de millones como contaban sus chancletas, casitas modestas, cuarterías alquiladas y carritos destartalados. Cuando eran lo que siempre han sido, aunque se haya acostumbrado al amargo sabor de las langostas y a las alturas de sus torres.

Porque la mafia política que ha controlado los presupuestos más grandes de nuestra historia decidió torcer la brújula de la honradez y sustraer burdamente ingentes cantidades de dinero público para repartirlo entre aquellos elegidos para actuar como verdugos de su propio pueblo.

Y solo con negarlo, rechazarlo, desmentirlo, parecía posible el milagro de que siguieran creyendo que “el huevo de la lechuza después de sancochao saca”. Esa magia desbordada de los genios que frotaban sus lamparas ellos mismos.

¡Y Shazam!

Y flotaron en la opulenta riqueza que ahora niegan y que ostentaron sínicamente con todas las facilidades. Y con todas las posibilidades.

Brillan las suntuosas mansiones. Revientande maderas preciosas los escandalosos apartamentos en torres de super lujo donde aterrizan los helicópteros de último modelo cargando sus cuerpos delictuosos. Las villas campestres han sido el asombro de aquellos que conocen el origen de los bellacos que sonríen sin rubor al mostrarlas como resultado de sus sueldos estatales.

Igual los Yates, aviones y autos que solo los jeques petroleros podían comprar antes hasta que se descubrió el petróleo nuestro en el presupuesto y los préstamos para tapar los robos y mantener el tren gasto de los nuevos Lilises. Olvidaron las lecciones de historia donde Lilís le aconsejaba a un compadre que supiera esconder las plumas del pollo que se le había perdido a su vecino.

Y nada que decir del desajuste de hacer el tránsito de comer comidas para mortales adegustar manjares de príncipes y reyes, y escanciar los vinos de nombres impronunciables y precios estratosféricos como la altura de sus torres. Todavía hay gente que cree que Protos Gran Reserva es más que Chateau D’Yquem (¿cómo se pronuncia esa vaina?) y todos los Chateau que atestan las campiñas de Alemania, Bélgica, Italia y Francia.

¡Ay Francia! Paris; les Champs Elysee, Lido, Moulin Rouge. ¡Le Louvre!¡Hermes! Notre Dame y Le Pont Neuf! ¡La Seine! La boheme du quartier latin et Montmartre. Les jardin du Luxembourg et les Tuileries. Mais oui! Niña, pero en Hermes ahora?! ¡Pardiez!

¡Ay Londres! Trafalgar square, Picadilly, Pall Mall. Pimlico, Victoria. Shrek’s Adventure. ¡Cenando en Quilon o Galvin at Windows, Maze Grill, Skylon! ¡Ay Harrods! Y sombreros, muchos sombreros para las primeras y segundas bases.

Esquiando en Vail o en los Alpes Suizos en Klosters, Graubünden o en Bischofshofen, Austria. (¿y dónde queda esa vaina?)

¡Venecia sin ti! ¡¿Y ahora Najayo?!

Y todo con sueldos de funcionarios públicos.

Ahora, terminada la magia de los genios hay que dar la cara. Ya las lámparas están fallando y cuando las frotan les sale un juez. Y aunque el fiscal haya hecho mal los expedientes, un juez es un juez. Y la gente se apichona y habla delante de un juez; ¡sobre todo los que más han cogido carajo!

“Coño, ¡¿y los otros se van a quedar afuera?!”

“O sea, ¿los tres reyes magos no van a colar café allá en Najayo?”

En serio. La sociedad no acepta que sean estos pocos y mal hechos expedientes y estos pocos y mal elegidos encartados. Porque cuando bailaban la música carioca había más bailarines en la pista. Y como la misma música sigue, ¡¿dónde están los que bailan ahora?!

Catalina e uma filha de puta se não dança. Porque la gente exige que baile Catalina La O.

Igual que Maria La O.

Mulata infeliz tu vida acabó// De risa y guaracha se ha roto el bongó

Que oias ayer temblando de amor// Y con ilusión junto a un hombre cruel

Su amor ya se fue de mi corazón// Que hoy ya la aborrece porque mi pasión

Que hirió su traición ya tan solo es// Sed de verlo al fin tendido a mis pies

María la O ya no más cantar// María la O hora es de llorar

De tus besos, que tan fugaz ya voló// María la O todo se acabó

Tu amor ya se fue de tu corazón// Y jamás él volverá

María la O sueña en morir.” (CaetanoVeloso, Salvador de Bahía, Brasil)

Porque no es cierto que todos los que están, son; pero síque muchos de los que son, no están. Hay que dejar el salón sin asientos para que todos tengan que quedar de piecuando se pare la samba.Porque a pesar de haber confesado sus delitos, la samba no se detiene porque se siente apoyada.

Que se quiten los disfraces, se bajen de las carrozas y ocupen su lugar en los banquillos y en las celdas acomodadas. ¡Aunque huelan a pintura!

Y está bueno de gozar. Ha llegado el tiempo de pagar la cuenta, aunque sean sus fiscales los que hayan investigado mal a pota, para que los expedienteslleguen “flojos” y cojeando de ambos pies. Pero no importa que cojeen porque es merengue que se va a bailar.

Pero al fin, ya están a la vista de los que no creían que era cierta tanta corrupción e impunidad.

Y todavía es poco lo que se sabe, aunque se intuye y se sospecha porque no es posible tanto progreso sin máculas. Siempre se ha dicho que su éxito, sus fortunas y la ostentación que aun hacen de ella los denuncia y los acusa.

El iceberg no acaba de salir del lodo para salpicar y enlodar a los que se han gozado la fiesta.

No señores, así no. Se dijo ¡a todos!

Que el tsunami de lodo alcance a la villas y mansiones. Que destape los yates y los aviones y que no puedan volar en los helicópteros. Y que no se agachen las chapiadoras y chapiadores. Y que anoten las segundas bases. Que los asistentes y asesores dejen el limpio en el presupuesto, porque está bueno ya de mantener parásitos.

El juego terminó con un triple play.

¡Y el campeonato también!