En un día de llantos para los tenistas españoles, unos de alegría y otros de tristeza, Garbiñe Muguruza no pudo reprimir las lágrimas al comparecer en rueda de prensa tras su dolorosa derrota ante Kristina Mladenovic en octavos de Roland Garros, donde defendía el título conquistado en 2016. La hispano-venezolana entró en la sala con los ojos vidriosos y rompió a llorar tras explicar en inglés lo que había parecido el comportamiento del público francés con ella: «Ha sido duro, pero lo entiendo. Solo pienso que la gente podía haber sido un poco más respetuosa, incluso con el partido, porque yo he tenido que parar alguna vez. La juez de silla ha tenido que calmar a los espectadores varias veces. No estoy aquí para crear enemigos, me ecanta jugar aquí, pero no es un gran sentimiento el que tengo ahora…».
Después la preguntaron sobre si le molestaron los gritos de Mladenovic, que dijo «Forza» repetidas veces tras los errores no forzados de la caraqueña. Garbiñe agachó la cabeza y comenzó a llorar. La responsable de prensa de la WTA preguntó a la tenista si podía continuar y decidió llevarla fuera de la sala para que se calmara. Al volver, respondió a la cuestión sobre su rival con ironía: «No, creo que habla 25 idiomas, lo he oído…».»Ha sido como un partido de Copa Federación y no me lo esperaba», añadió después.
También se refirió Muguruza al alivio que le supone dar por zanjada la cuestión de su favoritismo en el Grand Slam parisino: «Todo el mundo dejará de aburrirme preguntándome por este torneo, será como decir, venga, sigamos adelante».