Merecía más. Al menos intentar ganar. E iba a por la victoria, pero no pudo ser. Otra vez. Motor. Honda. Ya sea en Fórmula 1 como en Indy 500. A pesar de todo habló, profesional. Intentando abrir una sonrisa imposible. Fernando Alonso primero dijo lo que todos pensamos: “Ha sido una pena, creo que al menos merecíamos acabar la carrera y experimentar la vuelta de después. Todo el día ha sido una experiencia muy agradable, en la carrera creo que mi rendimiento ha sido bueno. Incluso hemos liderado algunas vueltas. He estado entre los mejores, he sido competitivo y eso es lo bueno y con lo que me tengo que quedar”.
Otra cosa es si volverá. Aunque su intención siempre ha sido intentar conseguir la Triple Corona. Pero él ya contaba en su interior de campeón con lograr el triunfo esta vez, a la primera. Y lo podía haber hecho de no ser por el propulsor que le dejó fuera a pocas vueltas del final cuando iba en plena remontada levantando al público americano de sus asientos a cada paso por meta o por donde estuviera la afición. Alonso no quiso decir realmente lo que piensa de Honda, pero no pudo evitar el toque de atención: “No es agradable acabar así pero me he visto competitivo. Si vuelvo será con un motor que sepa cómo responderá”. Es decir con un motor mejor. En declaraciones a la televisión española sobre si volverá o no a esta carrera, decía esto: “Sin duda, todavía es pronto. Acabo de terminar ésta, me siento competitivo. Será más fácil en comparación a lo que he hecho esta vez”. Claro está por la experiencia acumulada. Fernando, en cualquier caso, se queda con lo bueno y con cómo ha merecido la pena el viaje: “Ha sido una de las mejores experiencias de mi carrera”.
Alonso sigue emocionando, a pesar de todos los mil pesares. Y demostrando hasta qué punto es un piloto de todas las épocas. Ha venido a otro país, a otra historia, como si Nadal hubiera ido a jugar contra los chinos del ping pong. Y casi les gana. De no ser por la raqueta rota…