Hace un año, Rafa Nadal abandonaba Roland Garros con el brazo en cabestrillo. Novak Djokovic completaba días después el círculo del Grand Slam. Se anunciaba el fin de una era. Pero no. Desde el lunes, y con el aval que le dan los títulos de Montecarlo, Barcelona y Madrid, el español jugará otra vez por conquistar un décimo título en la arena de París. Décimo. Jamás en la larga historia del tenis, una superficie y un torneo han visto asociado su nombre así a un campeón. Bjorn Borg, el otro gran especialista, se quedó en seis títulos en el Bosque de Bolonia. Pete Sampras consiguió siete en la hierba de Wimbledon, disputando 14. Y Roger Federer lleva otros tantos, con 18 participaciones. Nadal ha ganado en nueve de las 12 veces que ha pisado la arcilla del Grand Slam parisino. En la última se retiró lesionado.
La historia comenzó un 23 de mayo de 2005 frente a Lars Burgsmüller. Levantó ya por primera vez el trofeo con 19 años y 2 días. Esa misma edición, ya ganó al número uno en semifinales… un tal Federer. Son cinco las veces que ha derrotado al suizo en este mismo escenario. Y otras seis a Novak Djokovic, que pudo con él en los cuartos de 2015. Ese y el tropezón con Robin Soderling en 2009 son los únicos borrones que presenta en un expediente de 74 comparecencias (en el 77% ni siquiera cedió un set). Son 96 victorias por sólo dos derrotas el balance que muestra en partidos sobre tierra a cinco sets, una distancia en la que sus bolas altas y enredadas acaban pesando mucho más. Hace dos años que en la Copa de los Mosqueteros no se graba su nombre. Su dominio en la tierra merece una Décima.